A estas alturas todo el mundo tiene muy claro que la electrificación a la que nos enfrentamos necesita multiplicar por mucho la utilización de las baterías, y que ese aumento va a originar problemas en los materiales que se usan hoy en día para fabricar las baterías.
Hoy las baterías estándar son las de ión-litio, que se componen en casi un 30% de grafito. China controla más del 80% del suministro de grafito y se obtiene de los combustibles fósiles.
Es por lo tanto muy importante encontrar alternativas al grafito, y eso es lo que propone la empresa Stora Enso que ha presentado un material llamado “lignode”, y que se obtiene del lignino que está presente en los árboles
En una batería, durante la carga ( los electrones ) se almacenan en el ánodo ( que se compone de grafito ), y cuando se descarga esos electrones van hacia el cátodo, y de ahí alimentan al dispositivo electrónico de que se trate.
El lignode funciona como el grafito, pero mejor. Puede almacenar los electrones con mayor facilidad, con lo que la batería se podría cargar con mayor rapidez. Y esa es una característica muy importante.
Se puede ver un vídeo muy clarificador en : https://www.youtube.com/watch?v=V_M2FYEe2t8
Si unas baterías de este tipo fuesen posibles, y espero que lo sean, se obtendría el lignode de los árboles, ya que los árboles se componen en casi un 40% de lignino. Y se aportaría a estas baterías un material sostenible.
Como decía al principio, las baterías son un componente fundamental para la electrificación que necesitamos, y por eso hay mucha gente investigando en nuevos materiales que las hagan más sostenibles, más económicas y más fáciles de fabricar y reciclar.
Con tanto trabajo que se realiza seguirán apareciendo nuevas posibilidades, pero debemos de ser conscientes que no tenemos tiempo. Estamos luchando contra los intereses de muchas empresas, y nuestros gobernantes no están dando la talla para conseguir los resultados que se necesitan.
Me encantaría ser optimista, pero los datos que percibo no van en esa dirección. Lo cual no es óbice para seguir intentando cambiar las cosas.