Los móviles, cuanta más memoria tienen, mejor. Casi sin que nos demos cuenta, los nuevos móviles han aumentado mucho su capacidad de memoria, y más de la mitad de los que hoy se venden disponen de 256G de memoria ROM o incluso más.
Y está aumentando tanto la memoria ROM como la memoria RAM, y esto en parte también sucede porque las memorias han bajado mucho de precio, y como muestra no hay más que ver los precios de los dispositivos USB de almacenaje.
La evolución tecnológica avanza a pasos agigantados, y nos ha acostumbrado a dispositivos cada vez más potentes y versátiles, especialmente en el ámbito de la telefonía móvil. Los smartphones, hoy en día, se han convertido en extensiones de nosotros mismos, herramientas indispensables que utilizamos para trabajar, comunicarnos, entretenernos y gestionar casi cualquier aspecto de nuestra vida. Y en esta imparable carrera por la innovación, la memoria juega un papel fundamental
Si echamos la vista atrás, recordaremos con nostalgia aquellos primeros teléfonos móviles con apenas unos pocos kilobytes de memoria, suficientes para almacenar un puñado de contactos y poco más. Hoy, la realidad es radicalmente distinta: la capacidad de almacenamiento se ha multiplicado exponencialmente y la memoria se ha convertido en un factor crucial a la hora de elegir un nuevo dispositivo. Ya no nos conformamos con menos de 64 GB, y la tendencia apunta a que pronto veremos como algo habitual smartphones con 1 TB de almacenamiento interno.
¿A qué se debe esta creciente demanda de memoria? La respuesta es sencilla: cada vez hacemos más cosas con nuestros móviles y generamos un mayor volumen de información. Las aplicaciones son cada vez más pesadas y sofisticadas, demandando más recursos del sistema. Las fotografías y vídeos, con la llegada de las cámaras de alta resolución y las grabaciones en 4K, ocupan mucho más espacio que antes. Y la cantidad de archivos que almacenamos en nuestros dispositivos, desde documentos de trabajo hasta nuestra biblioteca musical completa, no deja de crecer.
Se puede ver más abajo un dato publicado por Counterpoint Research en la que muestra la evolución de las memorias en los móviles entre los años 2023 y 2024. Y más de la mitad de ellos ya tienen 256G o más.
Memoria ROM vs. Memoria RAM: dos caras de la misma moneda
Para entender la importancia de la memoria en un smartphone, es fundamental diferenciar entre dos tipos de memoria: ROM y RAM. La memoria ROM (Read-Only Memory) es la memoria interna del dispositivo donde se almacenan el sistema operativo, las aplicaciones y todos nuestros archivos. Es una memoria de sólo lectura, lo que significa que no podemos modificarla o borrarla directamente. La cantidad de memoria ROM determina cuántas cosas podemos almacenar en nuestro dispositivo.
Por otro lado, la memoria RAM (Random Access Memory) es la memoria volátil que el teléfono utiliza para ejecutar las aplicaciones y procesos en segundo plano. Es decir, cuanto mayor sea la memoria RAM, mayor será la capacidad del teléfono para realizar múltiples tareas de forma fluida y sin ralentizaciones.
La evolución de las tecnologías de almacenamiento, con la llegada de las memorias flash NAND de alta densidad, ha permitido reducir significativamente el coste de producción de las memorias, lo que se traduce en precios más accesibles para el consumidor final. Pero por otro lado, la popularización de los servicios en la nube como Google Drive, Dropbox o iCloud, que nos permiten almacenar nuestros archivos en servidores externos, ha contribuido a aliviar la presión sobre la memoria interna de nuestros dispositivos.
Sin embargo, la demanda de memoria no parece tener límites. La llegada de tecnologías como la realidad virtual, la realidad aumentada, la IA o el internet de las cosas (IoT) previsiblemente disparará la cantidad de datos que manejamos a diario, haciendo indispensable contar con dispositivos móviles con una capacidad de almacenamiento cada vez mayor.
En definitiva, la memoria se ha convertido en un elemento clave en la ecuación de valor de un smartphone. Ya no se trata sólo de elegir un dispositivo con una buena cámara o un procesador potente, sino también de asegurarse de que cuenta con la memoria suficiente para satisfacer nuestras necesidades presentes y futuras.
La era de la memoria casi ilimitada aún parece lejana, pero la industria tecnológica avanza a pasos agigantados y no sería de extrañar que pronto veamos como la línea que separa lo posible de lo imposible se vuelve cada vez más difusa.
Como siempre, el tiempo lo dirá