Como a todos los vehículos les están buscando su versión eléctrica, también le ha sucedido al segmento de las motos acuáticas. Hay varias en el mercado que ya funcionan con motores eléctricos, pero me ha sorprendido el anuncio de la empresa Bouvet Marione que ha presentado su versión de moto acuática eléctrica de alto standing.
La han designado con el nombre de Supermarine MM01 y tiene unas especificaciones espectaculares. Está fabricada en fibra de carbono y kevlar para disminuir su peso, y dispone de hasta un recipiente para llevar una bebida refrescante en su interior. Si es champagne, mejor.
Porque para disponer de esta moto eléctrica y acuática hay que estar dispuesto a pagar por encima de los 200.000 dólares. Y pagando ese dinero una persona se puede permitir el lujo de ir por el agua a más de 70 nudos ( más de 120 km/h ) durante 2 horas y ser capaz de recargar la batería en menos de una hora. Y además el afortunado propietario podrá beber unas copas de champagne en el mar, cosa que muy pocos pueden hacer.
La empresa tiene pensado fabricar una serie limitada de 30 unidades para los primeros afortunados que se la puedan permitir, y las entregas está previsto que se realicen en el año 2024.
Comento este producto por la alta exclusividad del mismo, y porque es casi seguro que en poco tiempo se vendan las pocas unidades que van a ser fabricadas.
El mundo del alto lujo es especial y muy diferente del resto, y las decisiones de compra se toman ( supongo ) para señalar la diferencia de sus dueños con respecto a los demás mortales. Y pagan lo que tengan que pagar por hacerlo, sea un coche, un reloj o una moto acuática.
El dinero es algo que les sobra a esas personas ( o que no les cuesta mucho ganarlo ) y desean sentirse diferentes. Y poseer cosas muy exclusivas y muy caras es una manera de hacerlo bien visible.
Esta reflexión no es una crítica, sino una observación de nuestra realidad. Los seres humanos somos así.