Ha aparecido en las noticias que Rolls-Royce está realizando pruebas de un motor de aviación funcionando con hidrógeno, y creo que eso en general es positivo, pero lo que no es positivo son las conclusiones que sacan algunos sobre la pronta aplicación del hidrógeno en la aeronáutica.
Rolls-Royce es uno de los mayores fabricantes de motores aeronáuticos, y es lógico que busque alternativas a los combustibles fósiles actuales, pues le interesa mucho para poder mantener su negocio en el futuro.
La parte buena del hidrógeno es que su combustión no contamina ( no produce CO2 ), y la parte mala es que su poder calórico es menor que los combustibles actualmente usados, y por lo tanto se necesita mucho más combustible ( hasta cuatro veces más ).
Y otro gran inconveniente es que el hidrógeno líquido debe de mantenerse a -253 ºC ( un depósito así es muy caro ), y antes de ser usado para alimentar el motor, debe de ser pasado al estado gaseoso, que es otro proceso añadido.
Conclusión: es muy difícil que veamos pronto a un avión grande volar con hidrógeno.
No cual no es óbice para que se investigue y se hagan pruebas con el uso del hidrógeno. Pero p.f. que nadie trasmita que esto puede suceder dentro de poco tiempo, pues estamos a decenas de años de tener una solución con hidrógeno.
Lo que si se ha probado que funciona son los combustibles SAF ( de tipo ecológico ), pero aquí el problema es que se producen en muy pocas cantidades y su costo es elevado respecto del keroseno actual. Aunque si se apostase seriamente por ellos, su precio bajaría de manera importante.
Quizás haya que plantearse que volar es caro ( si se hace de manera no contaminante ), y convencernos de que los aviones son para ser usados en casos muy excepcionales y no para viajes de placer.
Si no cambiamos nuestra manera de pensar y de vivir estamos abocados a un desastre ecológico de consecuencias difíciles de prever. Y lamentablemente es lo que va a suceder.