Hay muchas cosas que aumentan de tamaño y los barcos portacontenedores no son una excepción. Quizás os acordéis del barco que se “atascó” en el canal de Suez ( se llamaba Ever Given ) debido a su enorme tamaño y tuvo muchos días cortada a esa vía de comunicación.
Al aumentar el tamaño de los barcos aumenta la cantidad de contenedores que pueden transportar. En algunos casos se ha pasado de llevar 4.000 contenedores a llevar cerca de 7.000 contenedores en un solo barco. Un aumento del 70%, que luego afecta a los puertos de carga y descarga.
Al ser los barcos tan grandes e ir tan cargados, en algunos casos como en la foto inferior el barco se llega a combar debido a las olas y al enorme peso que transporta. Ver foto.
Se ha producido un enorme cambio en este negocio. De estar casi parado por la pandemia hace año y medio, a estar saturado por la vuelta a la actividad y el aumento de la venta on-line, y si antes transportar un contenedor podía llegar a costar solo 1.000 dólares, ahora ha pasado a costar más de 15.000 dólares, con el incremento de los costos que eso supone.
Todo el mundo habla del problema de la cadena de suministros, y los contenedores son solo una de las variables, pero nada despreciable.
Con los puertos saturados y con retrasos en las descargas ( en el puerto de Long Beach, USA el atraso de barcos para descargar ha llegado a ser de más de 70 barcos ) las presiones de cargar y descargar con toda rapidez son máximas y se producen pérdidas de contenedores.
Para el que no lo sepa, descargar un contendor puede llevar entre 30 y 50 segundos según el puerto de que se trate, pero como los barcos llevan miles de contenedores, el trabajo consume muchas horas y la tensión no puede ser mayor.
Cuando oigáis hablar del enorme problema de la Suppy Chain, debéis de saber que los famosos “chips” no son el único problema, y que los contenedores ( son cajas que llevan productos dentro ) también tienen su parte del problema.
Y al final todo ese problema cuesta mucho dinero que se está sumando al precio de los productos fabricados “lejos” y que pagamos nosotros.
Con otros suministradores más cercanos, los precios de los productos podrían ser algo más caros de fabricar pero el precio final quizás no sería tan excesivo.
A lo mejor tenemos que replantearnos las cadenas de suministro, pues a veces lo barato en un cierto tiempo acaba resultando muy caro, y de paso nos hemos cargado nuestra industria.