Una vacuna es una preparación destinada a generar inmunidad adquirida contra una enfermedad, mediante la estimulación de la producción de anticuerpos. Esta es una definición de vacuna.

Antes de introducirse las vacunas morían muchos miles de personas en todo el mundo por causas de diversas enfermedades.

La primera vacuna contra la viruela se creó en 1796, y después aparecieron 7 nuevas vacunas en el siglo XIX y 18 vacunas nuevas en el siglo XX.

Las vacunas han hecho disminuir la mortalidad en todo el mundo y en parte han hecho posible la mejora de la sanidad que ahora disfrutamos.

En los últimos tiempos ha aparecido un movimiento anti-vacunas que ha crecido mucho a causa del Covid-19 y la multitud de falsas noticias propagadas por las redes sociales. En 2019, la Organización Mundial de la Salud catalogó a los movimientos anti-vacunas como una de las principales amenazas para la salud mundial.

El movimiento anti-vacunas no es homogéneo y tiene diferentes argumentos con el rasgo común de rechazar las vacunas porque cuestionan su efectividad y consideran que son más perjudiciales que beneficiosas para su salud.

Creo que tienen su derecho a hacerlo, siempre que asuman de manera responsable las consecuencias de sus actos, y que no perjudiquen al resto de la sociedad.

Veamos lo sucedido con el Covid-19. Aparece una nueva enfermedad de la que mucha gente se contagia y muere. Se han producido varios millones de muertos en poco tiempo.

En un tiempo record se han conseguido varias vacunas que han demostrado ser razonablemente efectivas, que han sido aplicadas a la mayor parte de la población ( en los países más desarrollados ) con resultados positivos disminuyendo los contagios, los colapsos en los hospitales y las muertes.

Para intentar eliminar el riesgo de contagios futuros toda la población debería de estar vacunada, y si una parte no se vacuna porque no quiere, son un riesgo para el resto.

Considero que la libertad de los demás acaba donde empieza la mía, y viceversa.

Por lo tanto pido a las personas anti-vacunas que me lo hagan saber para que yo no me acerque a ellas, y en consecuencia les propongo que usen una especie de distintivo.

Algo bonito, favorecedor y que sea visible desde lejos como por ejemplo unas gafas amarillas

Si todos los anti-vacunas usasen este símbolo, y otro que les guste más, el resto de las personas nos sentiríamos más seguros manteniéndonos lejos de ellos con toda facilidad.

Por favor anti-vacunas sean ustedes responsables.

Gracias

Amador Palacios

Por Amador Palacios

Reflexiones de Amador Palacios sobre temas de Actualidad Social y Tecnológica; otras opiniones diferentes a la mía son bienvenidas

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