Los paneles solares son un tipo de celda fotovoltaica (PV) que convierte la luz solar en electricidad. Son una fuente de energía limpia y renovable, y algo muy positivo es que cada vez son más eficientes.
La eficiencia de un panel solar se mide por el porcentaje de luz solar que se convierte en electricidad. Los paneles solares más eficientes del mercado actual tienen una eficiencia cercana al 30%. Esto significa que por cada 100 vatios de luz solar que inciden en el panel, 30 vatios se convierten en electricidad.
La eficiencia de los paneles solares ha aumentado constantemente en las últimas décadas. A principios de la década de 1970, la eficiencia de los paneles solares era solo del 5%. Hoy, la eficiencia de los paneles solares se ha multiplicado casi por seis.
Hay una serie de factores que contribuyen a la eficiencia de los paneles solares. Estos factores incluyen el tipo de material semiconductor utilizado, el diseño de la celda solar y el proceso de fabricación.
El material semiconductor más común utilizado en las células solares es el silicio. El silicio es un material relativamente barato y abunda en la corteza terrestre. Sin embargo, el silicio no es un material muy eficiente para convertir la luz solar en electricidad.
Los investigadores están trabajando en el desarrollo de nuevos materiales semiconductores que sean más eficientes que el silicio. Un material prometedor es la perovskita. La perovskita es un compuesto que se compone de plomo, yodo y oxígeno. Las células solares de perovskita han alcanzado una eficiencia de más del 20%, que es comparable a la eficiencia de las células solares de silicio.
El diseño de la celda solar también afecta a su eficiencia. Las células solares están formadas por varias capas. La primera capa es el material semiconductor. La segunda capa es un contacto de metal que recoge la electricidad generada por la celda solar. La tercera capa es un material transparente que permite el paso de la luz solar a través de la célula solar.
El diseño de la celda solar se puede optimizar para aumentar su eficiencia. Por ejemplo, el grosor de la capa semiconductora se puede ajustar para optimizar la absorción de la luz solar.
El proceso de fabricación también afecta la eficiencia de los paneles solares. Las células solares se fabrican en un entorno de sala limpia. Esto es para evitar la contaminación, que puede reducir la eficiencia de las células solares.
La eficiencia de los paneles solares mejora constantemente. A medida que se desarrollen nuevos materiales semiconductores y se mejore el proceso de fabricación, y es más que probable que la eficiencia de los paneles solares siga aumentando en los próximos años.
De hecho, ya hay varias empresas por el mundo adelante que anuncian haber conseguido en sus laboratorios eficiencias superiores al 30% a base de depositar una lámina de perovskita sobre una lámina de silicio. Esto hace que se capture la luz azul del espectro visible, mientras que el silicio captura la luz roja, y de esta manera se aumenta la energía de la luz total capturada.
Se dice muy fácil, pero conseguirlo no lo es tanto. Y después de haber conseguido en laboratorios eficiencias del orden del 33%, habrán de pasar unos años para que el proceso de fabricación esté dominado y las nuevas células puedan llegar al mercado.
Y aunque esta mejora pueda parecer algo irrelevante, conseguir más de un 10% de aumento de eficiencia supone que los costos de obtener energía se disminuyen en otro 10%, lo que puede ayudar a que la energía solar siga siendo cada vez más económica.
Los paneles solares son una tecnología prometedora con el potencial de revolucionar la forma en que generamos y usamos la energía. Son una fuente de energía limpia y renovable, y cada vez son más eficientes.
A medida que la eficiencia de los paneles solares continúa mejorando, es casi seguro que el costo baje y que la percepción pública de los paneles solares mejore. Esto podría conducir a una adopción generalizada de paneles solares, lo que podría ayudar a reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles.