Hace ya unos días del fin de la COP28, y en general creo que ha sido otra oportunidad perdida. Seguro que habrá “optimistas” que pondrán de manifiesto que ha sido “histórica” porque por primera vez de habla de la “transición de los combustibles fósiles”, pero no hay que engañarse porque el significado de las palabras es muy manipulable, y muy en especial en el mundo de la política.

Una cosa es lo que se dice, y otra cosa es lo que se hace, pero lo que cuenta en la realidad de cada día es lo que realmente se hace. Y la realidad es que las emisiones de carbón siguen aumentando, como si el “mañana” no fuese a llegar nunca.

Se sigue poniendo el límite del calentamiento global en 1,5ºC ( Acuerdo de Paris de 2015 ), cuando ya se ha comprobado que estamos por arriba de esa cifra y la seguimos incrementando. Al mismo tiempo que aumentamos los pozos de extracción de petróleo.

Poner de acuerdo a personas o países con intereses totalmente contrapuestos es muy difícil, por no decir imposible. Los países que tienen grandes negocios vendiendo petróleo nunca van a aceptar nada para dejar de tener sus negocios. Serían tontos, y no lo son.

Y también parecen tontos los países que tienen intereses y conceptos de vida comunes, y no colaboran con mayor intensidad para resolver el enorme problema de la Crisis Climática que tenemos encima.

Los países que deseen realmente resolver ese reto, deberían de colaborar con mayor intensidad entre ellos con inversiones que nos ayuden a desplazar cuanto antes a los combustibles fósiles. Y cuanto antes quiere decir lo antes posible, con objetivos realistas y cumplibles, y que sean explicados a sus ciudadanos para conseguir su involucración y compromiso.

El PROBLEMA que tenemos delante no se resuelve con buenas palabras o con buenas intenciones, sino con esfuerzo, ciertos sacrificios y trabajo duro.

Los políticos están engañando a la gente con buenas palabras, porque lo que les interesa es continuar en el poder el mayor tiempo posible, pero no están resolviendo el problema de nuestros descendientes.

Y la mayoría de nosotros estamos adormecidos y no nos enteramos del futuro penoso que dejamos a nuestros nietos.  Lo siento por ellos, que pagarán las consecuencias de nuestra estupidez y egoísmo.

Por Amador Palacios

Reflexiones de Amador Palacios sobre temas de Actualidad Social y Tecnológica; otras opiniones diferentes a la mía son bienvenidas

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