Los sistemas de control para los vehículos autónomos no hacen más que mejorar, y hoy comento el caso de un barco autónomo de gran tonelaje que ha recorrido más de 6.000 millas sin problemas.
Los barcos tienen la ventaja de que es mucho más fácil circular por el mar que por una carretera, y tienen el inconveniente de su gran peso y de la gran inercia que necesitan para reaccionar. Todos sus movimientos hay que planificarlos y ponerlos en acción con mucho tiempo de anticipación.
El barco autónomo que tenía 122.000 toneladas, partió de Texas, cruzó el Canal de Panamá, y a través del Pacífico llegó a Corea del Sur después de 33 días de navegación. Es un hito a reseñar.
La empresa que ha realizado el programa de control se llama Avikus y es una empresa filial del grupo Hyundai. El programa de navegación autónoma se llama HiNAS 2.0 y es capaz de reconocer el entorno del barco ( tanto el estado de la mar, como otros barcos y la geografía de proximidad ), y con la ayuda de Inteligencia Artificial tomar las decisiones adecuadas en tiempo real para que el rumbo del barco sea el más adecuado y seguro.
Durante este recorrido se ahorraron un 7% de combustible respecto de una navegación normal y al analizar los datos almacenados, vieron que se habían evitado 100 posibles riesgos de colisión durante toda la travesía.
De hecho, la empresa Avikus va a ofrecer su sistema de navegación al mercado para que se implemente en otros tipos de buques.
Los sistemas de navegación autónoma eliminan los errores humanos, y reducen la cantidad de personas a trabajar en un barco. Y si además reducen el consumo de combustible, puede que sean rápidamente amortizables. Si estas premisas se cumplen no tardaremos en ver como se extiende su uso en casi todo tipo de barcos.
El efecto colateral es que se necesitarán menos tripulantes para controlar y manejar estos barcos autónomos. Y como siempre, unos saldrán beneficiados y otros perjudicados.
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