He leído con agrado una posible idea para que la gente vuele menos en avión. La idea la ha aportado Mark Harris en la revista Antropoceno, y me ha gustado por su sencillez, aunque reconozco que lamentablemente nunca se pondrá en marcha.
Todas las compañías aéreas tienen tarjetas de descuento para sus clientes más fieles y les ofrecen diferentes descuentos en sus próximos vuelos. En la actualidad cuanto más vuelan, los vuelos les salen más baratos.
La idea del amigo Mark es hacer justo lo contrario, penalizar a los que más vuelen, de manera que si se vuela más, los vuelos resulten más caros, para que se lo piensen un poco antes de coger otro nuevo vuelo.
En la actualidad el 1% de la población mundial generan el 50% de la contaminación genera por los aviones. A nivel mundial, los que vuelan son una minoría, pero algunos lo hacen de manera muy continuada, y se trataría de que les costase un poco más caro, para que piensen un poco en la verdadera necesidad de lo que hacen.
La idea propuesta por Mark Harris, también apoyada por el ICCT ( International Council on Clean Transportation ) sería de permitir a cada persona un vuelo al año sin ningún tipo de recargo. Después del primer vuelo, el segundo vuelo tendría un recargo de 9 dólares, el siguiente de 18 dólares, el siguiente de 27 dólares, y así sucesivamente. A más vuelos, mayor recargo.
Es una idea sencilla y fácil de llevar a cabo, pero que no se hará. Porque los gobiernos están más preocupados por la economía de mañana que por lo que va a suceder con toda seguridad dentro de unos pocos años.
Mantener un cierto nivel económico actual es muy importante, pues todos tenemos que seguir viviendo, pero no podemos seguir viviendo como si no pasase nada. Porque si está pasando, y lo hemos visto claramente este verano pasado con las temperaturas extremas sufridas en todo el mundo, y por eso también hay que dar pasos en la dirección adecuada de cambiar nuestras costumbres de vida.
Hoy, el 90% de los vuelos son de placer. La gente los hace porque le gusta y porque se los puede pagar, sin pensar en ninguna consecuencia posterior. Y si alguien piensa un poco, las compañías aéreas usan el “Green Washing” para engañarle con las compensaciones de CO2.
Recientemente, la International Civil Aviation Organization (ICAO) consiguió un acuerdo “aspiracional” para llegar a ser neutro en carbono en el año 2050. Y es una acuerdo sin objetivos y solo con un deseo, que todos saben que no se va a cumplir. Pero han salido del paso con un documento de intenciones, que se quedará en nada con el paso del tiempo.
Como Sociedad, nuestro “problema” es que la gran mayoría de personas no somos conscientes del problema que tenemos delante de nuestros ojos. Y a veces hasta a mí mismo me entran las dudas sobre si yo estaré equivocado.
Pero los datos son los que son. La situación del CO2 en la atmósfera está empeorando, y las consecuencias las iremos viendo cada vez de manera más clara.
Y la pregunta es: ¿Hasta cuando vamos a mirar para otro lado ?