Sabemos que el acondicionamiento de los edificios consume del orden del 30% de la energía que usamos en todo el mundo, y con la evolución de las personas a vivir cada día más en las ciudades, esta proporción no hará sino aumentar.
Hay muchos científicos trabajando duro en conseguir materiales con tecnologías pasivas que ayuden a disminuir este consumo. Y en general se trata de pinturas que reflejan parte de la energía solar recibida y así evitan el sobrecalentamiento.
El problema es que se necesita que en el verano el calor externo no se introduzca en el edificio, y que en el invierno el calor no salga del edificio, y así necesitar menos consumo energético para conservar una temperatura confortable en el interior.
He leído que unos investigadores chinos del Instituto Tecnológico de Harbin han desarrollado un recubrimiento de enfriamiento ( temperature-adaptive cooling coating ) que se adapta a la temperatura, y lo consiguen mezclando pequeñas cápsulas microscópicas en un aglutinante que se puede aplicar sobre una lámina de metal.
Las micro-cápsulas contienen fluoruro de polivinilideno, que es un producto químico que cambia de color en función de la temperatura.
![](https://desdelaterrazadeamador.com/wp-content/uploads/2023/10/Edificio-Fluoruro-de-polivinilideno.jpg)
Este material cambia su color en función de la temperatura ambiente, siendo gris claro a los 20 ºC y más colorido cuando la temperatura llega a los 30ºC, en cuyo caso refleja el 93% de la radiación solar recibida.
Según los investigadores este recubrimiento reduce el consumo energético en un 20% respecto de la pintura de enfriamiento radiactivo. Y algo muy importante es que es barata y de fácil aplicación.
Tal y como yo lo veo, el único problema podría ser de tipo estético, y que a algunas personas no les agrade que su casa cambie de color. En cambio, a otras personas les podría resultar muy agradable.
La idea me parece muy interesante, y ya sabemos que para gustos están los colores.