He esperado un cierto tiempo a reflexionar sobre nuestra frágil privacidad actual, para dar un tiempo y ver en que quedaba el caso de la empresa israelí NSO.
Tenemos que tener muy claro que nuestro móvil puede ser hackeado completamente y a través de él pueden conocer, ver y oír todo lo que hacemos.
Esa es la conclusión que se obtiene de la información publicada por varios periódicos ( The Washington Post, The Guardian y otros ) respecto del Pegasus Project que vende la empresa NSO a los gobiernos de todo el mundo.
Pegasus es un programa de “spyware” que se introduce en los móviles sin que el propietario se entere y obtiene de él toda la información de lo que hace, ve y oye el usuario. Su privacidad desaparece.
Con este sistema ciertos gobiernos han controlado a periodistas, disidentes, políticos, y a toda persona que les interesaba controlar.
Los gobiernos pagan mucho dinero por estos sistemas, y a modo de ejemplo Arabia Saudita tenía un contrato de 55 millones de dólares. Ellos sabrán a quienes espiaban.
Al conocerse la noticia en los periódicos, rápidamente la empresa NSO ha declarado que ellos “solo” hacen el programa y que lo venden a los gobiernos para que se defiendan de posibles actos terroristas, y que ellos no saben nada de cómo los gobiernos utilizan su programa.
Respuesta cínica a más no poder, pues ellos saben muy bien para que sirve su programa, y si se lo venden a un gobierno dictatorial lo lógico es que lo usen para perseguir a los disidentes de cualquier tipo.
En general todos los gobiernos intentan controlar al máximo a sus ciudadanos y solo la ley nos protege a los que vivimos en regímenes democráticos, y en algunas ocasiones más de un gobierno intenta eludir la ley como se ha visto en diversos casos pasados.
El gobierno de Israel declaró que van a investigar este asunto, pero eso no se lo creen ni ellos. Se han producido algunos cambios en la empresa, pero la tecnología sigue disponible y la empresa sigue operativa.
Creo que el amigo George Orwell ni en sus momentos más pesimistas pudo pensar en las posibilidades que ahora ofrecen las tecnologías para controlar a las personas. El Gran Hermano está entre nosotros desde hace mucho, y lo peor de todo ( en mi opinión ) es que a muchos no les importa, son felices en su ignorancia y no les preocupa defender sus derechos. Una verdadera pena !!
Cuando se pase la “novedad” del escándalo de Pegasus ( ya casi ha pasado ), estoy convencido que las cosas seguirán más o menos igual y además de NSO habrá otras empresas ofreciendo programas similares para que nos controlen más y mejor.
En la actualidad, nuestra privacidad es un bien frágil que debemos de proteger y exigir a nuestros gobiernos los que tenemos la suerte de vivir en países democráticos, y los que no deben de intentar conseguir por los medios que puedan. Sin privacidad estamos desnudos ante el mundo.
Y me parece muy lamentable la manera en que algunos la exhiben en público sin ninguna necesidad y sin darla el valor que tiene. Perdiendo nuestros valores hacemos que la Sociedad sea más pobre y más débil.
De nosotros depende.