La Inteligencia Artificial me asusta y me apasiona a la vez. Comprendo que sus capacidades son casi ilimitadas, y el “problema” que tiene es el control de la misma.
Hoy la Inteligencia Artificial se sigue desarrollando sin control ninguno, y cada empresa hace lo que le parece según lo que mejor convenga a su negocio.
Las empresas más grandes y los países más desarrollados tecnológicamente son los que están a la cabeza de estos desarrollos, de los cuales apenas conocemos algo de lo que hacen, porque solo comunican lo que les conviene.
Como tantas veces digo, el problema no es la tecnología sino el uso y el control que se hace de ella. En especial el control.
Hoy los algoritmos ya manipulan una parte importante de nuestra vida. Ellos deciden las cosas que son más actualidad, y la gente sigue sus tendencias en las redes sociales sin preguntarse porque lo hacen. Las cosas son así.
Por lo que he leído, también algunos de los científicos que trabajan en esta área están entre sorprendidos y asustados por lo que tienen entre manos, y recomiendan que se establezca algún tipo de legislación al respecto.
El problema es que los gobernantes están más interesados en mantener las cuotas de poder de sus países, e intentar conseguir “productos” que les permitan dominar a los otros.
Y lo que no se dan cuenta es que esta tecnología es capaz de aprender por sí misma y puede llegar a intentar imponerse a todos nosotros.
Y esto queridos amigos ya no es ciencia ficción. Es una realidad que se puede presentar pasado mañana.
¿ Haremos algo para acotar sus actividades ?
Quiero ser optimista y esperar que así sea.