En efecto, el líder escandinavo ha anunciado que para el año 2028 sus productos estarán embalados sin usar el plástico. Lo cual es una buena noticia y un ejemplo a seguir.
IKEA siempre se ha caracterizado por su positiva mentalidad medio-ambiental y desde hace años ha sido de las primeras grandes empresas en tomar medidas concretas.
Hace más de 2 años ya anunció que para el año 2030 el plástico que se usase en sus productos sería de origen reciclado, lo cual indica que el plástico es un tema que les preocupa y con razón, pues es uno de los productos que más tarda en degradarse en el medio ambiente.
IKEA es una gran empresa que utiliza cada año más de 900.000 toneladas de plástico para sus embalajes, con un costo de más de 1.000 millones de dólares. Cambiar toda esa cadena de suministro es un gran esfuerzo para IKEA y para todos sus suministradores. Tienen un trabajo duro para los próximos años.
En la actualidad ya usan otros productos para sus embalajes y el plástico supone del orden del 10% de sus necesidades. Pero para eliminar el plástico completamente han organizado un equipo entre IKEA y sus suministradores, para entre todos ser capaces de llevar a cabo su objetivo.
En la actualidad hay muy pocas empresas que aborden proyectos como este de IKEA para eliminar el uso de los plásticos, y por eso creo que es importante ponerlo de manifiesto y reconocer su compromiso.
Si de verdad queremos evitar la contaminación que generamos y luchar contra el cambio climático, las autoridades deberían de poner objetivos a las empresas, en especial a las más grandes, para que cambien sus modos de actuación.
Es lamentable, pero en general solo la obligatoriedad y las penalizaciones económicas hacen que cambiemos nuestras pautas de comportamiento. Y así nos va.