Ya ha sucedido lo que desde hace tiempo se veía que iba a suceder. Según datos de la ONU, el calentamiento global que hemos tenido en el último año ha superado los 1,5ºC puestos como el límite a no superar en los Acuerdos de Paris del año 2015.
La medida exacta del incremento entre Enero del 2023 y Febrero del 2024 ha sido de 1,52ºC según el Copernicus Climate Change Service de la Unión Europea.
Lamentablemente, este dato es un hito sombrío en la historia de la humanidad, ya que este umbral, considerado como un punto de inflexión crítico, nos acerca a un futuro incierto con posibles consecuencias devastadoras para el planeta, y hemos visto en los últimos tiempos las olas de calor, incendios, y diversas calamidades medioambientales por todas partes.
Esta información es un llamado a la acción urgente: Los datos científicos son claros y contundentes. El calentamiento global se está acelerando a un ritmo alarmante, impulsado principalmente por la actividad humana y la emisión de gases de efecto invernadero. La comunidad internacional, gobiernos, empresas y ciudadanos debemos tomar medidas urgentes y ambiciosas para revertir esta tendencia.
Para el que lo quiera entender, la noticia nos dice que el futuro está en riesgo: Las consecuencias del cambio climático no solo afectarán al medio ambiente, sino también a las economías, las sociedades y la salud pública. Millones de personas podrían verse desplazadas por eventos climáticos extremos, y la pobreza y la desigualdad podrían aumentar considerablemente.
Me fastidia profundamente tener que escribir estas cosas, aparentemente casi apocalípticas, cuando veo a mi alrededor que todos están felices y contentos como si el “mañana” estuviese garantizado por no se sabe quien. Cuando en realidad sucede todo lo contrario.
Se necesita generar un cambio radical: Es imperativo un cambio muy profundo en la forma en que producimos y consumimos energía. Debemos transitar hacia una economía baja en carbono, impulsada por fuentes de energía renovable como la solar y la eólica. La eficiencia energética y la adopción de tecnologías limpias deben ser prioridades en todos los sectores.
Y no nos engañemos, la responsabilidad es compartida, cada cual a su nivel, pero todos tenemos algo que aportar, y la responsabilidad de abordar el cambio climático recae sobre todos. Fundamentalmente en los gobiernos que deben establecer políticas públicas urgentes y ambiciosas con marcos regulatorios que incentiven la acción climática.
Las empresas deben asumir un rol proactivo en la reducción de sus emisiones y la adopción de prácticas sostenibles. Los ciudadanos podemos contribuir con cambios en nuestro estilo de vida, como la reducción del consumo de energía, el uso de transporte público y la adopción de una dieta más sostenible. Y en especial comentando nuestra sensibilidad y preocupación con amigos y gente próxima a nosotros.
Estamos en un momento decisivo para el futuro del planeta. La ventana de oportunidad para evitar los peores impactos del cambio climático se está cerrando rápidamente. La acción urgente, concertada y ambiciosa por parte de todos los actores es fundamental para construir un futuro más resiliente y sostenible para las próximas generaciones.
¿ Lo haremos ? Cada día soy más pesimista al respecto.