La industria cárnica es una de las más subsidiadas del mundo. En los Estados Unidos, por ejemplo, el gobierno federal gasta alrededor de 38 mil millones de dólares al año en subsidios para la industria cárnica. Esto es más que lo que el gobierno gasta en subsidios para todos los demás productos agrícolas combinados. Y en Europa sucede algo muy parecido
Estos subsidios ayudan a mantener bajos los precios de la carne, lo que hace que sea más asequible para los consumidores. Sin embargo, también tienen una serie de consecuencias negativas.
En primer lugar, los subsidios para la carne hacen que sea más rentable criar ganado, lo que lleva a un aumento en la producción de carne. Esto tiene un impacto negativo en el medio ambiente, ya que la cría de ganado es una de las principales causas del cambio climático, la deforestación y la contaminación del agua.
En segundo lugar, los subsidios para la carne hacen que sea más difícil para las pequeñas granjas competir, ya que no pueden obtener los mismos precios bajos por su carne que las grandes empresas. Esto ha llevado al cierre de muchas pequeñas granjas y a una disminución de la diversidad agrícola.
En tercer lugar, los subsidios para la carne distorsionan el mercado, ya que hacen que la carne parezca más barata de lo que realmente es. Esto puede llevar a que los consumidores consuman más carne de la que necesitan, lo que puede tener un impacto negativo en su salud.
Hay una serie de razones por las que el gobierno continúa subsidiando la industria cárnica. Una razón es que la industria cárnica es muy poderosa y tiene mucho poder de lobby. Otra razón es que la industria cárnica es muy importante para la economía, ya que proporciona muchos empleos.
Sin embargo, es importante considerar las consecuencias negativas de los subsidios para la carne antes de continuar otorgándolos. Los subsidios para la carne tienen un impacto negativo en el medio ambiente, la economía y la salud de los consumidores. Es hora de que el gobierno deje de subsidiar la industria cárnica y comience a apoyar alternativas más sostenibles
Y estas cosas no suceden porque casualidad, sino porque estas industrias tienen un gran poder de presión tanto político como económico, y hacen que las “ayudas” gubernamentales les vayan a ellas, en lugar de a otras opciones de carnes más sostenibles.
La revista One Earth ha publicado un análisis de lo que sucede en USA y en Europa, que es prácticamente lo mismo. Entre los años 2014 y 2020, las ayudas a las carnes alternativas y ecológicas apenas llegaron al 0,1% del total asignado. Y esto es solo una pequeña pero importante muestra de porqué cuesta tanto cambiar nuestras prácticas alimentarias, y hacerlas más sostenibles.
Antes, las grandes empresas negaban el cambio climático, y ahora que ya lo estamos sufriendo y no puede negarse, utilizan otras tácticas dilatorias para que todo siga como está y seguir aprovechándose de la situación.
Y como los usuarios están despistados y desinformados ( se gastan mucho dinero en que así sea ), esta situación se puede prolongar durante mucho tiempo.
El gobierno debería dejar de subsidiar la industria cárnica y comenzar a apoyar alternativas más sostenibles. Estas alternativas son más sostenibles, más saludables y más asequibles que la carne. Al apoyar estas alternativas, el gobierno podría ayudar a crear un futuro más sostenible y saludable para todos.