Cuando General Dynamics presentó su robot tipo perro hace unos cuantos años, me gustó la idea por la versatilidad que ofrecía para ser usado en diferentes necesidades, en especial por su tamaño y su sistema de “caminar”. Tiene un tamaño no muy elevado ( centro de gravedad bajo ) y sus cuatro patas le aportan una muy buena estabilidad, lo que le hace ideal para ser usado como un arma autónoma.
La idea evolucionó y muchos la copiaron para hacer robots de cuatro patas que realizan funciones de vigilancia, de control de instalaciones, etc…. en especial debido a su flexible y adaptable sistema de movimiento.
Recientemente han dado un nuevo paso en esa dirección, y ha pasado lo que tenía que pasar, que a alguien se le ha ocurrido la idea de colocar un arma sobre el cuerpo del robot, para de esa manera poder disparar a distancia y sin el riesgo de estar de cuerpo presente. Con lo que se dispone de un arma autónoma que puede ser automatizada con el paso del tiempo y del desarrollo tecnológico.
La empresa que lo ha presentado se llama Ghost Robotics y al producto lo han llamado “Vision 60“, y ya tienen un pedido inicial del ejército norteamericano para colocar los robots alrededor de una base militar y generar así un cordón de seguridad para la base.
Los robots llevan sistema de visión con una capacidad de zoom de 30 aumentos y les pueden colocar otros sensores para ayudar en la vigilancia. El sistema de disparo del fusil está controlado por un operador que lo dirige a distancia y activa la orden de disparar.
Pienso que solo es cuestión de tiempo que a alguien se le ocurra dotarle de Inteligencia Artificial y realice funciones autónomas de vigilancia, lo cual si podría ser bastante práctico y de gran ayuda para las funciones de vigilancia que tiene encomendadas.
Pero lo más peligroso es que le aporten también autonomía en la decisión de disparar y pueda llegar a matar gente sin la intervención humana. Ese es un paso muy delicado que no se debería de producir.
Vemos de manera continuada que mientras la Tecnología se desarrolla a pasos acelerados, nuestros gobernantes siguen siendo muy lentos en sus reacciones. Y para cuando lo hagan, es posible que sea demasiado tarde.