La conducción autónoma está encontrando muchos problemas para popularizarse en el caso de los coches, porque las situaciones que se pueden presentar en las carreteras son de lo más variadas e imprevisibles. Pero no sucede así en el caso de otro tipo de vehículos como los barcos.
Los barcos siempre se mueven por la superficie del mar, y en la mar hay muy poco tráfico y no existen “peatones”, pues los bañistas están cerca de la orilla por donde no navegan los barcos.
Por el contrario un barco necesita mucho tiempo y espacio para cambiar de rumbo, y tanto más cuanto mayor sea el barco, por eso su control es muy delicado y la Inteligencia Artificial resulta una buena ayuda.
He visto un sistema de control llamado Orca AI que ha realizado pruebas de navegación autónoma con un barco de más de 700 toneladas, y ha recorrido casi 500 millas por una zona con una navegación intensa ( desde la bahía de Tokio a la bahía de Ise ) sin necesitar la intervención humana.

El sistema dispone de 18 cámaras que le proporcionan una visión en los 360º para analizar las trayectorias de todos los barcos de alrededor, y dispone de capacidad de infrarrojos para los casos de niebla y baja visibilidad. Y además el soporte de la Inteligencia Artificial para aprender para aprender por si mismo.
Se puede ver un vídeo haciendo pruebas en el Canal de Panamá, y en otros lugares con mucha niebla y baja visibilidad para los humanos, pero no para las cámaras de infrarrojos en: https://youtu.be/M1BezS_2Jbs
Hay varias empresas que están trabajando en este tema, y es más que probable que en poco tiempo se empiecen a ver aplicaciones en barcos, pues son sistemas que se amortizan rápido teniendo en cuenta lo mucho que cuesta disponer de personas especializadas en los barcos.
No se trata de dejar a un barco que navegue solo, sino de que lo haga con menos tripulación, y por lo tanto con menor coste.
Y en el caso de los barcos de placer, se fabrican casi medio millón cada año en el mundo, y pueden suponer buen un nicho de mercado para sistemas de navegación autónoma más sencillos que permitan a sus “patrones” navegar de un sitio a otro con total comodidad tomándose una cerveza.