Hace ya tiempo que se empezó a hablar de las baterías de hierro y aire, y ya hay una empresa llamada Form Energy https://formenergy.com/ que va a construir su primera instalación en West Virginia.
La idea no es nueva, pues ya hacia el año 1960 la NASA investigó el tema sin llegar entonces a ningún resultado concreto. Pero la presión por encontrar alternativas viables al almacenamiento de energía ha abierto de nuevo el tema, y los desarrollos tecnológicos hoy nos permiten conseguir este tipo de baterías a precios competitivos.
Las baterías actuales están dominadas por el litio, pero tienen algunos inconvenientes como el de su alto costo, sus efectos medioambientales para obtener el litio, a la hora de descargarse no dura mucho tiempo ( menos de 10 horas ), y la escasez de muchos productos utilizados en su fabricación.
El hierro es el cuarto producto más abundante en la naturaleza, por lo que las baterías de hierro y aire se pueden construir con materiales abundantes y baratos y sin afectar al medio ambiente. Tienen la ventaja de que su descarga dura mucho más que las de litio, hasta unas 100 horas, y tienen el inconveniente de que tardan en cargarse mucho más que las de litio y tienen un mayor tamaño, por lo que no se pueden usar en vehículos, y equipos electrónicos.
El proceso es bastante sencillo. Se basa en oxidar y desoxidar el hierro usando un principio llamado “oxidación inversa”
Cuando se descarga, la batería respira oxígeno del aire y convierte el metal de hierro en óxido, generando electricidad.
Cuando se carga, se le hace pasar una corriente y se convierte el óxido de hierro en hierro, y la batería expulsa oxígeno
Con este tipo de baterías en funcionamiento se pueden evitar mucho mejor las caídas temporales de suministro de las energías renovables ( solar y eólica ), y no tener que depender tanto de las energías de combustibles fósiles.
Todo nuestro sistema de generación y suministro de energía debe de ser renovado si de verdad queremos tener energías sostenibles. Y como vamos luchando contra el tiempo, todas las alternativas viables son positivas y deberían de ser consideradas y potenciadas por nuestras administraciones.
Estamos muy, muy lejos de llegar a ser sostenibles en el año 2050 según los Objetivos del Acuerdo de París. Muchos ya están empezando a tirar la toalla para conseguir esos objetivos y creo que es un error, a pesar de lo difícil que sea, que lo es.
Si de verdad se quisiese conseguir se podría hacer, porque hay medios técnicos y económicos para hacerlo. Solo hay que desarrollarlos con la prioridad debida y la aportación económica necesaria.
Pero tengo muy serias dudas de que lo hagamos, pues hay muchos intereses opuestos de gente muy, muy poderosa. Somos así de egoístas y cortoplacistas.