El espectro de un accidente nuclear como el de Fukushima en 2011, donde un fallo en el sistema de refrigeración desencadenó una fusión del núcleo y la liberación de material radiactivo, ha perseguido a la industria nuclear durante décadas. La búsqueda de reactores inherentemente más seguros, capaces de resistir incluso fallos catastróficos en la refrigeración, ha sido un objetivo primordial para científicos e ingenieros.
En este contexto, la noticia de que China ha desarrollado y probado con éxito un reactor nuclear que no se funde incluso si falla su sistema de refrigeración, puede representar un hito crucial en la búsqueda de una energía nuclear más segura y sostenible.
Este avance, basado en un diseño de reactor de sales fundidas (MSR por sus siglas en inglés) conocido como “refrigeración pasiva”, promete revolucionar la industria nuclear, ofreciendo una alternativa potencialmente más segura y limpia a los reactores tradicionales. A diferencia de los reactores de agua ligera convencionales, que dependen de sistemas de refrigeración activos y complejos para prevenir el sobrecalentamiento, este nuevo diseño utiliza principios físicos intrínsecos para mantener la seguridad incluso en situaciones de emergencia.
Para comprender la magnitud de este avance, es importante conocer un poco la tecnología subyacente que lo hace posible:
. Combustible de Torio y Uranio encapsulado: A diferencia de los reactores convencionales que utilizan uranio enriquecido, este nuevo diseño emplea un combustible compuesto por torio y uranio encapsulado en grafito. El torio, un elemento radiactivo natural más abundante que el uranio, presenta ventajas significativas en términos de seguridad y producción de residuos. La encapsulación del combustible en grafito, un material con alta resistencia al calor, proporciona una barrera adicional de seguridad, previniendo la liberación de material radiactivo incluso a temperaturas extremas.
. Reacciones más lentas y controlables: La combinación del torio con el uranio y su encapsulación en grafito permite una reacción nuclear más lenta y controlable. Esto significa que el reactor genera calor de forma más gradual y estable, reduciendo el riesgo de un aumento repentino de temperatura que podría provocar una fusión del núcleo.
. Refrigeración pasiva: La característica más innovadora de este diseño es su sistema de refrigeración pasiva. A diferencia de los sistemas activos que dependen de bombas y válvulas para circular el refrigerante, este reactor es capaz de auto-regular su temperatura.
Las pruebas realizadas en China fueron un éxito, y cuando se detuvo deliberadamente el flujo de refrigerante en un reactor prototipo de 105 MW, demostraron la eficacia de este sistema de refrigeración pasiva. Durante las 36 horas que duró la prueba, la temperatura del núcleo se mantuvo dentro de límites seguros, demostrando la capacidad del reactor para autocontrolarse sin intervención humana ni sistemas de seguridad activos.
Este avance tecnológico tiene el potencial de revolucionar la industria nuclear, ofreciendo una fuente de energía más segura, limpia y sostenible. Sin embargo, aún existen los dos desafíos más importantes a superar antes de que estos reactores puedan implementarse a gran escala.
Uno es el de los costos: El desarrollo y la construcción de reactores de este tipo presentan desafíos técnicos y económicos considerables. La escalabilidad de la tecnología a nivel comercial y la competitividad de los costos de producción son aspectos que aún deben demostrarse.
Y otro es el de la gestión de los residuos radiactivos: Si bien el torio produce menos residuos radiactivos de larga duración que el uranio, la gestión de estos residuos sigue siendo un desafío importante que requiere soluciones seguras y sostenibles.
Y también hay que tener en cuenta que la percepción pública negativa hacia la energía nuclear, alimentada por accidentes pasados, sigue siendo un obstáculo para su desarrollo e implementación. Es crucial fomentar la transparencia, la comunicación y la confianza pública en la seguridad de estas nuevas tecnologías.
El futuro está por ver, pero el reto de la Crisis Climática es tan enorme, que se necesitan todos los medios que podamos conseguir para generar energía de una manera no contaminante.