En el mundo aeronáutico, uno de los mayores riesgos es cuando un avión choca con un pájaro ( de un cierto tamaño se entiende ), lo cual puede suceder al despegar o al aterrizar, pues en ciertos casos dicho choque puede hacer que alguno de los motores del avión se estropee y deje de funcionar.
Y como me dijo hace mucho tiempo un amigo que era ingeniero aeronáutico: los aviones grandes sin motor planean como los ladrillos.
He localizado las pruebas de un avión de aviación al que se le somete a la prueba del choque con un pájaro, y la verdad que el vídeo es impactante. Se puede ver en el siguiente enlace: https://youtu.be/lgspIiTFWIk
El caso más famoso fue el del avión que tuvo que aterrizar, más bien amerizar, en el río Hudson ( Nueva York ) en el año 2009. Y afortunadamente sin víctimas.
Cuando los aviones vuelan alto hay poco riesgo de choque con aves, y el problema se acrecienta en el momento en que está próximo a tierra, en el aterrizaje y el despegue.
Todos los grandes aeropuertos disponen de sistemas para “asustar” a las aves, para que se alejen de las pistas de aterrizaje y sus proximidades, desde el uso de aves rapaces a otros medios más sofisticados.
Los datos estadísticos nos dicen que desde el año 1988 se han producido 262 choques graves con pájaros, y se han destruido 250 aviones, que son muy pocos si tenemos en cuenta las decenas de miles de aviones que vuelan todos los días.
En general no hay que tener miedo a volar, pues hoy es uno de los sistemas más seguros de transporte, pero algún riesgo siempre hay.