No oigo más que hablar de las grandes ventajas del coche eléctrico, y reconozco que tiene algunas muy buenas, pero muy pocos hablan de sus inconvenientes, que también los tienen.
El año 2022 el 10% del total de coches vendidos en el mundo fueron eléctricos, y se espera que lleguen al 30% en el año 2030, lo cual es positivo, y ojalá el crecimiento fuese mayor.
Aparte de la ventaja de no contaminar a la hora circular y por lo tanto ayudarnos a disfrutar de un aire más puro, tienen otras muchas cosas buenas: son silenciosos, tienen menos averías mecánicas, disponen de una muy buena aceleración, su consumo es menos que los de gasolina, y sus costos de mantenimiento también son menores. Que el futuro pasa por ellos parece fuera de toda duda.
Los mayores inconvenientes son el precio alto ( pues las baterías son todavía caras ), y el no disponer de muchos puntos de recarga en las carreteras, aunque eso se irá corrigiendo con el tiempo.
Pero también tienen otros inconvenientes que aun siendo menores están ahí, y hay que conocerlos y tenerlos en cuenta.
Las baterías hoy son pesadas, y por lo tanto los coches eléctricos son más pesados que los de gasolina, y eso es un riesgo mayor en el caso de accidente, pues en especial los peatones salen mucho peor parados.

Si a esto se añade que los coches eléctricos generan muy poco ruido en especial cuando circulan a bajas velocidades, hace que los peatones y usuarios de bicicletas deban de circular con mucha mayor atención. Para aminorar este problema, algunos fabricantes han propuesto generar un cierto ruido que alerte a los que estén alrededor del coche, pero todavía nadie ha incluido esta característica en sus coches.
Otra pega, es que les afectan más los fenómenos atmosféricos. Las baterías funcionan peor a bajas temperaturas, y por lo tanto con el frío se reduce su autonomía; y también les afecta el agua salada, ya que ésta es conductora de la electricidad, y en el caso de tormentas cerca del mar ( como tornados, etc … ) el coche eléctrico puede llegar a arder, como ya ha sucedido en algunos casos en Florida ( USA ).
Además, los coches eléctricos tienen ordenadores cada día más potentes, y es ese ordenador el que controla casi todos los parámetros del coche. Todas las ayudas a la conducción son gestionadas por el ordenador, y en muchos casos dicho ordenador se puede actualizar on-line sin necesidad de tener que acudir al concesionario, pero en otros casos deben de pasar por él.
No hace mucho Tesla llamó a revisión a más de 40.000 coches en USA para actualizar el sistema y resolver un problema de la dirección.
Y algo que casi nadie dice y que en mi opinión está implícito en estos coches tan modernos y tan dependientes de un ordenador, es que de alguna manera los usuarios podemos llegar a estar en manos de los fabricantes.
Pues serán los fabricantes los que controlen vía software lo que el coche puede llegar a hacer. Desde la potencia que nos proporciona el motor, el radio de giro de las ruedas, la posición de los asientos, etc …. Y todo eso serán “opciones” que nos ofrecerán aparte, y que se irán actualizando en el tiempo, a cambio de una cantidad económica periódica. Tenemos en el futuro un serio riesgo de estar pagando continuamente por “nuestro coche”.
O sea que el coche no será del todo nuestro, y los fabricantes nos ofrecerán más posibilidades de “disfrutar” de él, según más les paguemos. Han aprendido mucho del negocio de los móviles.