Waymo, la filial de Alphabet dedicada al desarrollo de vehículos autónomos, ha marcado un antes y un después en su estrategia al anunciar una alianza con Zeekr, un fabricante chino de vehículos eléctricos, para la producción de su sexta generación de taxis autónomos.
Este movimiento, que rompe con la tradición de la compañía de utilizar vehículos de otros fabricantes occidentales y adaptarlos con su tecnología, tiene implicaciones profundas para el futuro de la movilidad autónoma.
Hasta ahora, Waymo había optado por equipar coches de marcas como Jaguar y Chrysler con su sofisticado sistema de conducción autónoma, conocido como Waymo Driver. Sin embargo, esta nueva etapa apuesta por un diseño exclusivo y personalizado, desarrollado en colaboración con Zeekr, que se materializará en un monovolumen eléctrico específicamente diseñado para la movilidad autónoma.
La elección de Zeekr como socio estratégico no es casual. Esta marca, perteneciente al gigante chino Geely, que a su vez controla Volvo, se ha posicionado como un actor relevante en el mercado de vehículos eléctricos de alta gama. Su experiencia en la producción a gran escala, sumado a la competitividad de costos que caracteriza a la industria china, convierten a Zeekr en un aliado aparentemente ideal para Waymo.
Se puede ver una foto del coche más abajo
El nuevo taxi autónomo estará equipado con una batería de gran capacidad, prometiendo una autonomía considerable. Además, contará con un arsenal tecnológico de vanguardia para garantizar una conducción autónoma segura y eficiente. Dieciséis cámaras, seis radares, cinco lidars y una red de micrófonos estratégicamente ubicados permitirán al vehículo «ver» y «escuchar» su entorno en un radio de 500 metros, sin importar las condiciones climáticas o lumínicas.
Este es un movimiento estratégico con implicaciones globales. La decisión de Waymo de aliarse con un fabricante chino va más allá de una simple reducción de costos. China se ha convertido en el epicentro de la revolución de los vehículos eléctricos y la movilidad autónoma. El país asiático cuenta con el mercado de coches eléctricos más grande del mundo y un ecosistema de innovación en rápido desarrollo.
Al asociarse con Zeekr, Waymo obtiene acceso directo a este vibrante ecosistema, beneficiándose de la cadena de suministro, la capacidad de producción y el talento chino. Además, esta alianza posiciona estratégicamente a Waymo en el mercado chino, que se espera sea el principal impulsor de la adopción de taxis autónomos en los próximos años.
Pero a pesar de las ventajas evidentes, la alianza entre Waymo y Zeekr no está exenta de desafíos. Las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, materializadas en aranceles e impuestos a la importación de vehículos eléctricos chinos, podrían afectar la rentabilidad del proyecto.
No obstante, la apuesta de Waymo parece ir más allá de las coyunturas políticas. La compañía estadounidense parece convencida de que, a largo plazo, China dominará la industria de los vehículos eléctricos y la movilidad autónoma.
La alianza entre Waymo y Zeekr es un indicio claro de la creciente influencia de China en el sector de la movilidad autónoma. La capacidad del país asiático para producir vehículos eléctricos a gran escala y a precios competitivos, junto con el rápido desarrollo de su ecosistema de innovación, lo convierten en un actor dominante en este mercado emergente.
Waymo, al elegir un socio chino para su nueva generación de taxis autónomos, no solo busca optimizar costos, sino que también se posiciona estratégicamente en el mercado de mayor crecimiento potencial del mundo. Esta alianza podría marcar un punto de inflexión en la industria, impulsando la adopción masiva de la movilidad autónoma y consolidando el liderazgo chino en este sector.
No obstante, otras noticias afirman que Waymo se ha reunido en varias ocasiones con Hyunday como una posible alternativa para fabricar su taxi autónomo, en el caso de que los impuestos encarezcan excesivamente los coches fabricados por Zeekr. Al parecer hay muchas comunicaciones y nada decidido
A medida que la tecnología avanza y los obstáculos regulatorios se superan, la imagen de un futuro donde taxis autónomos circulen por las calles de ciudades de todo el mundo se vuelve cada vez más nítida.
Veremos lo que nos depara el futuro.