El código de barras, un conjunto de líneas negras y blancas que parecen un código secreto, celebra este año su 50 aniversario. Si bien su diseño puede parecer sencillo, su impacto en la sociedad ha sido monumental, convirtiéndolo en uno de los mayores éxitos de la historia.

Su nacimiento se remonta a los años 60, un período de gran expansión económica y consumo. La necesidad de un sistema eficaz para gestionar el inventario y el control de productos en las tiendas era una prioridad para las empresas. En este contexto surgió el   UPC (Universal Product Code)   , un estándar desarrollado por la empresa IBM para simplificar el proceso de registro y seguimiento de productos.

En 1974, el primer código de barras se escaneaba en una tienda de comestibles en Ohio. Era un paquete de chicles, y ese momento marcó el inicio de una revolución en la gestión de productos.

La sencillez y la eficiencia del código de barras se convirtieron en su mayor atractivo. Su lectura rápida y precisa a través de escáneres permitía un control de inventario mucho más eficiente y preciso, reduciendo errores humanos y optimizando los procesos de compra y venta.

La adopción del código de barras fue rápida y extensiva. Desde la industria alimentaria hasta la farmacéutica, pasando por la automotriz y la logística, su uso se expandió a nivel mundial. Las administraciones, los ejércitos y cualquier sector que requiriera un control preciso del movimiento de productos lo incorporó en su sistema.

El éxito del código de barras se basó en su versatilidad y adaptabilidad. La posibilidad de codificar una gran cantidad de información en un espacio reducido, junto a su bajo costo, lo convirtieron en una herramienta indispensable.

Si se desea controlar el movimiento de un producto ( el que sea ) y los pasos que da por la cadena de suministros, se le coloca encima un código de barras y asunto concluido. Su enorme ventaja es su sencillez y su muy bajo precio, y que puede ser escaneado fácil y muy rápidamente, como vemos cada vez que hacemos cualquier compra.

Con el tiempo, nuevas tecnologías como los códigos QR (Quick Response Code) surgieron como alternativas. Estos códigos bidimensionales almacenan una mayor cantidad de información y pueden ser escaneados por teléfonos inteligentes. Sin embargo, el código de barras sigue siendo relevante, particularmente en entornos donde la velocidad y la eficiencia son prioridades.

El código de barras nos ha acompañado en el desarrollo de la sociedad. En un mundo cada vez más complejo y acelerado, su sencillez y eficiencia siguen siendo fundamentales. Cada vez que compramos un producto en un supermercado, escaneamos un billete de avión o enviamos un paquete, estamos utilizando un código de barras, esa pequeña y silenciosa innovación que ha cambiado la forma en que vivimos.

En este aniversario, el código de barras se presenta como un testimonio de la capacidad humana para resolver problemas con soluciones simples y efectivas. Su legado perdurará, adaptándose a las nuevas tecnologías y necesidades, y recordándonos que la innovación puede surgir de los elementos más inesperados.

Larga vida al “viejo” código de barras  !!!

Amador Palacios

Por Amador Palacios

Reflexiones de Amador Palacios sobre temas de Actualidad Social y Tecnológica; otras opiniones diferentes a la mía son bienvenidas

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