El compromiso de la industria aeronáutica con la descarbonización para 2050 es, sin duda, un desafío titánico. Pero la buena noticia es que la ambición por un cielo más limpio está impulsando una ola de innovación sin precedentes. Si bien los combustibles sostenibles de aviación (SAF) representan un paso importante, la realidad es que la demanda futura de combustible será tan inmensa que los SAF, por sí solos, no podrán abastecer a toda la flota aérea mundial. Es aquí donde entra en escena el hidrógeno, una promesa que cada día cobra más fuerza como el combustible del futuro para la aviación.

La electrificación mediante baterías, aunque viable para coches y algunos aviones pequeños, se enfrenta a una barrera insalvable en la aviación comercial de larga distancia: el peso. Las baterías actuales, simplemente, son demasiado pesadas para impulsar aviones de gran tamaño de manera eficiente. Por eso, la industria ha puesto sus miras en el hidrógeno, un elemento ligero y con un enorme potencial energético.

Existen dos enfoques principales para la utilización del hidrógeno en la aviación:

. Pilas de combustible (fuel cells): El hidrógeno se utiliza para generar electricidad que alimenta motores eléctricos. Esta tecnología parece ser la favorita para aviones de corto y medio alcance, con una capacidad de hasta 50 pasajeros. Empresas innovadoras ya están desarrollando prototipos y realizando pruebas de vuelo con resultados prometedores.

. Combustión directa en motores modificados: Los grandes fabricantes de motores, como Rolls-Royce, Safran y Pratt & Whitney, están invirtiendo fuertemente en adaptar sus motores para que puedan funcionar directamente con hidrógeno, ya sea en estado gaseoso o líquido. Airbus, por su parte, ha anunciado su ambicioso objetivo de lanzar un avión comercial propulsado por hidrógeno para 2035.

El hidrógeno líquido, aunque presenta una mayor densidad energética, plantea retos significativos en cuanto a su almacenamiento y manipulación. Requiere sistemas criogénicos para mantenerlo a temperaturas extremadamente bajas y altas presiones, lo que implica una infraestructura costosa y compleja. Sin embargo, la ventaja es que se trata de una tecnología relativamente conocida y con un mayor grado de madurez. Por otro lado, el hidrógeno gaseoso, aunque más fácil de manejar, requiere tanques de almacenamiento mucho más grandes, lo que impacta en el diseño y la aerodinámica de la aeronave.

La carrera por el hidrógeno en la aviación está en pleno apogeo. Los próximos cinco años serán cruciales para probar diferentes configuraciones y tecnologías. Veremos un aumento en los vuelos de prueba, el desarrollo de nuevas infraestructuras en aeropuertos y la colaboración entre fabricantes, aerolíneas y gobiernos. Este periodo de intensa experimentación es fundamental para allanar el camino hacia la certificación de las nuevas aeronaves, un proceso riguroso y extenso que garantiza la seguridad de los pasajeros, un valor innegociable en la industria aeronáutica.

La transición hacia un futuro aéreo sostenible no está exenta de desafíos. Además de los aspectos técnicos, existen otros retos importantes que abordar:

. Producción de hidrógeno verde: Para que el hidrógeno sea verdaderamente sostenible, debe producirse a partir de fuentes renovables, como la electrólisis del agua utilizando energía solar o eólica. Es necesario impulsar la producción de hidrógeno verde a gran escala para satisfacer la demanda de la aviación.

. Infraestructura aeroportuaria: Los aeropuertos deberán adaptarse para almacenar, transportar y suministrar hidrógeno a las aeronaves. Esto implica una inversión significativa en nuevas instalaciones y la formación de personal especializado.

. Costos: El hidrógeno, actualmente, es más caro que los combustibles fósiles. Es necesario impulsar la innovación y la economía de escala para reducir los costos de producción y hacerlo competitivo.

A pesar de los obstáculos, el optimismo prevalece. La industria aeronáutica está demostrando un compromiso real con la sostenibilidad. La apuesta por el hidrógeno es firme y la inversión en investigación y desarrollo es constante. Los avances tecnológicos son prometedores y la colaboración entre los diferentes actores del sector es cada vez mayor.

Me ha parecido muy interesante la creación de   Hydrogen in Aviation Alliance    para promover estas actividades y compartir experiencias. Se puede ver su WEB en  https://hydrogeninaviation.co.uk/

El camino hacia un cielo verde no es fácil, pero cada paso que damos nos acerca a un futuro en el que volar sea no solo una experiencia segura y eficiente, sino también respetuosa con el medio ambiente. El hidrógeno, sin duda, jugará un papel fundamental en esta transformación, impulsando una nueva era de la aviación sostenible.

Esperemos que sea lo antes posible.

Amador Palacios

Por Amador Palacios

Reflexiones de Amador Palacios sobre temas de Actualidad Social y Tecnológica; otras opiniones diferentes a la mía son bienvenidas

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