Todos somos conscientes de la imparable irrupción de la Inteligencia Artificial (IA) en nuestras vidas. Desde los algoritmos que nos sugieren películas hasta los asistentes virtuales que nos facilitan el día a día, la IA se está abriendo camino en todos los ámbitos. Sin embargo, rara vez tenemos la oportunidad de asomarnos a cómo las empresas están experimentando con esta tecnología en un entorno real de trabajo.
Pues bien, una noticia reciente ha captado mi atención y ha despertado mi curiosidad por lo que representa. Una gran empresa española del sector energético ha llevado a cabo una prueba piloto con una herramienta de IA entre 550 de sus empleados. Lo interesante no es solo la prueba en sí, sino los resultados obtenidos y las decisiones que ha tomado la compañía a raíz de la experiencia.
La empresa, en colaboración con una multinacional líder en software empresarial, implementó una herramienta de IA con el objetivo de analizar su impacto en tres áreas clave: la experiencia del empleado, la eficiencia y la calidad del trabajo realizado. Durante unos meses, los 550 trabajadores, procedentes de diferentes departamentos y con responsabilidades diversas, incorporaron esta herramienta en su rutina diaria.
Los resultados, según la propia empresa, han sido sorprendentes. Se ha registrado un ahorro medio de tiempo de 121 minutos por persona a la semana, lo que se traduce en casi 97 horas al año. Para que nos hagamos una idea, ¡es como si cada empleado hubiera tenido más de dos semanas de tiempo libre al año! Y lo más importante, según las entrevistas realizadas, este ahorro de tiempo se ha traducido en la posibilidad de dedicar más tiempo a tareas de mayor valor añadido, aquellas que requieren de la creatividad, el pensamiento crítico y la capacidad de análisis propias del ser humano.
¿Y en qué han utilizado los empleados esta herramienta de IA? Las respuestas son esclarecedoras y nos dan una idea del potencial de esta tecnología:
. Buscar información: 84%
. Resumir documentos: 83%
. Extraer conclusiones: 73%
. Mejorar la creatividad: 35%
. Planificar la jornada laboral: 32%
Es decir, la IA ha actuado como un asistente inteligente, liberando a los trabajadores de tareas repetitivas y facilitándoles el acceso a la información de forma rápida y precisa.
Pero lo más revelador es la respuesta de los propios empleados una vez finalizada la prueba piloto. Un contundente 62% afirmó que no quería volver a trabajar sin esta herramienta. Imagina que te dan la posibilidad de probar un asistente personal que te ayuda a optimizar tu tiempo y ser más eficiente, ¿estarías dispuesto a renunciar a él?
Consciente del impacto positivo de la IA en la productividad y la satisfacción de sus empleados, la empresa ha decidido implementar la herramienta de forma progresiva en el resto de la plantilla. De hecho, ha pasado de tener 300 licencias a adquirir 3.000, una clara señal de la confianza que ha depositado en esta tecnología.
Este caso no es un hecho aislado. Cada vez son más las empresas que se suman a la ola de la IA, experimentando con ella y buscando la forma de integrarla en sus procesos para ser más eficientes y competitivas. Es evidente que la IA no viene solo a sustituir a los trabajadores, sino también a complementar sus capacidades y a liberarles de tareas rutinarias para que puedan concentrarse en lo que realmente importa: la creatividad, la innovación y la toma de decisiones estratégicas.
Esta empresa española, con sus 25.000 empleados, y la multinacional proveedora de la herramienta de IA, están demostrando que el futuro del trabajo pasa por la colaboración entre humanos y máquinas. Un futuro en el que la tecnología, lejos de ser una amenaza, se convierte en un aliado para construir un entorno laboral más productivo, eficiente y en parte más humano.
Creo que la IA ha de ser abordada sin miedos por el máximo de gente, y los que no lo hagan ellos mismos se colocan a un lado del camino. Y eso no es nada inteligente.