La empresa ZF es una de las mayores expertas mundiales en cajas de cambios automáticas para el mundo del automóvil, y suministran cajas de cambios para muchos fabricantes.
Y según he leído en las noticias, ZF ha anunciado una reducción de plantilla de casi un 25% , que podrá afectar a unas 14.000 personas de aquí al año 2028. Y eso es una reducción muy importante, cuando todavía las empresas de automoción están ganando dinero.
Pero el futuro que se le viene encima es muy complejo, pues los coches eléctricos no necesitan cajas de cambio, y ZF se ve abocada a cambiar de producto en no mucho tiempo.
La industria automotriz está experimentando una rápida transición hacia vehículos eléctricos. ZF, tradicionalmente un proveedor de componentes para motores de combustión interna, está luchando para adaptarse a esta nueva realidad y ha tenido que realizar importantes inversiones en tecnología eléctrica.
Hoy la industria automotriz está en crisis, y aunque algunas empresas están obteniendo buenos resultados económicos, la transición al coche eléctrico en Europa supone un interrogante muy grande para las empresas, que ven a las marcas chinas empezar a instalar plantas de fabricación de coches eléctricos en diferentes países europeos. Y supongo que ZF ( como otras ) está tomando medidas para intentar optimizar su estructura de costos.
ZF busca aumentar su competitividad en un mercado automotriz en constante evolución. Despedir a una parte de su plantilla es una medida para reducir gastos y asegurar la sostenibilidad a largo plazo. Aunque es una medida muy dura.
Entiendo que la decisión de ZF es un reflejo de la situación actual de la industria automotriz global. La compañía está trabajando para adaptarse a los desafíos y oportunidades del mercado, y esta medida la consideran necesaria para asegurar su futuro, aunque a los trabajadores no les va a hacer ninguna gracia.
Por lo que dicen los expertos, fabricar un coche eléctrico requiere un 30% menos de mano de obra, y esto es algo que tiene que ir llegando más pronto que tarde. Y si las empresas reaccionan tarde, tal y como lo están haciendo hasta ahora, favorecerán la penetración de las empresas chinas en sus mercados, y los resultados serán peores para ellas.
Defenderse a base de pedir altos aranceles a sus gobiernos respectivos es una política miope, y lo pagarán dentro de no mucho tiempo.
¿Es posible que estemos viendo el canto del cisne de la industria europea de automoción ?