Prácticamente todos los gobiernos del mundo están en contra del encriptado punto a punto entre usuarios porque eso impide que puedan conocer lo que se comunican entre esos usuarios, tanto texto, como fotos o lo que sea.
Y es cierto que sin conocer esas comunicaciones no pueden “proteger” completamente a los ciudadanos, en especial a los más débiles como los niños. Pero por otro lado los ciudadanos sentimos que nuestra privacidad está más protegida con estas medidas de encriptación.
Casi todas las redes como WhatsApp, Signal, etc … ofrecen la encriptación punto a punto entre los usuarios, de manera que ni la empresa que ofrece el servicio es capaz de conocer lo que se transmite.
En la foto de abajo se muestra un esquema simplificado del funcionamiento. La APP de un móvil encripta el mensaje y del móvil salen muchos 1s y 0s que solo pueden ser descifrados al llegar al otro móvil. Nadie por el camino sabe lo que se envía y se recibe.
También cuando nosotros usamos internet, podemos ver en la línea de búsqueda de la URL un pequeño candado ( lockpad ) a la izquierda que nos indica que esa comunicación está cifrada entre nosotros y la URL con la que nos comunicamos, pero esa información está disponible si un gobierno quiere verla.
No sucede así con las APP’s de los móviles que tanto usamos para comunicarnos con nuestros amigos y familiares. Y ahí está la pelea.
Hay un pulso muy fuerte entre las empresas que apoyan la encriptación y los gobiernos que desean controlarla. Y cada vez hay más usuarios que la utilizan, por lo que los gobiernos lo tienen muy difícil salvo en el caso de gobiernos totalitarios.
Los usuarios queremos mantener nuestra privacidad lejos de las miradas de cualquier tipo de gobierno, y tenemos derecho a ello. Por otro lado entiendo que los gobiernos deben de luchar contra los delincuentes de todo tipo, pero sin menoscabar nuestra prioridad.
Lo mejor es enemigo de la bueno, y no se puede tener todo bajo control. Y creo que nuestra privacidad no puede ser negociable.
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