La industria del acero, pilar de la construcción y la manufactura moderna, carga con una pesada losa: su enorme huella de carbono. Representando aproximadamente el 11% de las emisiones globales de CO2, la producción de este material indispensable se ha convertido en un objetivo clave en la lucha contra el cambio climático.

Con una demanda global que alcanzó los 2 billones de toneladas métricas en 2024, la necesidad de soluciones sostenibles es más urgente que nunca. En este contexto, la promesa de una producción de acero sin emisiones de CO2 se presenta como un rayo de esperanza, y la empresa Boston Metal afirma tener la clave.

No es la primera vez que escuchamos promesas similares. Diversas empresas e investigadores han explorado alternativas para descarbonizar la industria del acero, desde la captura y almacenamiento de carbono hasta el uso de hidrógeno verde. Sin embargo, la propuesta de Boston Metal, basada en un proceso llamado    Molten Oxide Electrolysis (MEO)    , ha captado la atención por su potencial disruptivo.

¿En qué consiste este proceso MEO? A diferencia de los métodos tradicionales que emplean coque (derivado del carbón) como agente reductor, el MEO utiliza electricidad para separar el hierro del oxígeno en el mineral de hierro. En un reactor a 1600 ºC, un ánodo metálico especial y un electrolito facilitan la electrólisis del óxido de hierro fundido. El resultado: acero líquido sin la generación directa de CO2. Al menos, esa es la teoría.

La página web de Boston Metal  https://www.bostonmetal.com/

se ofrece una visualización simplificada del proceso en la sección «Green Steel». El esquema, aunque básico, ilustra la elegancia conceptual del MEO: una solución aparentemente simple para un problema complejo. Sin embargo, la simplicidad aparente a menudo esconde desafíos significativos.

Uno de los principales retos es la escalabilidad. Si bien Boston Metal ha demostrado la viabilidad del MEO en un reactor a pequeña escala, la producción de millones de toneladas de acero requiere una infraestructura industrial gigantesca. Escalar el proceso manteniendo la eficiencia y la rentabilidad es un obstáculo considerable. Imaginar la cantidad de energía necesaria para mantener miles de reactores a 1600 ºC. Precisamente aquí radica otro punto crucial: la fuente de energía, que debe de ser sostenible.

Para que el acero producido mediante MEO sea verdaderamente «verde», la electricidad utilizada debe provenir de fuentes renovables. De lo contrario, simplemente estaríamos desplazando las emisiones de CO2 de la planta siderúrgica a la central eléctrica. La dependencia de energías renovables implica no solo la disponibilidad de estas fuentes, sino también la estabilidad de la red eléctrica y la capacidad de gestionar la intermitencia de la energía solar y eólica.

Otro factor a considerar es la durabilidad del ánodo metálico especial utilizado en el proceso. A las altas temperaturas del reactor, el ánodo se somete a un desgaste considerable. La vida útil y el coste de reemplazo de este componente son factores críticos para la viabilidad económica del MEO.

Boston Metal tiene como objetivo comercializar su tecnología en 2026, licenciándola a los fabricantes de acero existentes. Un plazo ambicioso, considerando la magnitud del desafío. La transición de un reactor piloto a una producción industrial a gran escala requiere no solo inversión financiera, sino también la adaptación de la infraestructura existente y la capacitación de la fuerza laboral.

La historia está llena de tecnologías prometedoras que no lograron alcanzar su potencial. La viabilidad del MEO dependerá de la capacidad de Boston Metal para superar los desafíos técnicos y económicos, así como de la voluntad de la industria siderúrgica para adoptar esta nueva tecnología.

La presión para descarbonizar la producción de acero es inmensa, y la solución de Boston Metal, si se demuestra viable, podría ser un punto de inflexión en la lucha contra el cambio climático.

Seguiremos de cerca los avances de Boston Metal y de otras empresas que buscan revolucionar la industria del acero. La promesa de un acero verde es demasiado importante para ignorarla. La esperanza está ahí, pero la prudencia nos obliga a esperar resultados concretos antes de celebrar una victoria definitiva. El futuro del planeta, en cierta medida, depende de ello.

Como siempre digo en estos casos, el tiempo lo dirá.

Amador Palacios

Por Amador Palacios

Reflexiones de Amador Palacios sobre temas de Actualidad Social y Tecnológica; otras opiniones diferentes a la mía son bienvenidas

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