La imagen es contundente, el gráfico de la BBC lo muestra con crudeza: en 2024, la temperatura global ha superado el umbral de 1.5ºC por encima de los niveles preindustriales. Una línea roja trazada en los Acuerdos de París de 2015, no como un objetivo a alcanzar, sino como un límite que no debíamos cruzar para evitar las consecuencias más catastróficas del cambio climático. Y, sin embargo, aquí estamos.

La superación de este límite no es una sorpresa. Los científicos llevan años advirtiendo sobre la peligrosa trayectoria que llevábamos, con datos cada vez más alarmantes sobre el aumento de las temperaturas, la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera y la creciente frecuencia e intensidad de eventos climáticos extremos.

Olas de calor abrasadoras, sequías prolongadas, inundaciones devastadoras, tormentas sin precedentes… la lista es larga y cada vez más frecuente en los titulares de todo el mundo. El cambio climático ha dejado de ser una amenaza futura para convertirse en una realidad palpable que afecta a millones de personas en todos los rincones del planeta.

¿Cómo hemos llegado hasta aquí? La respuesta es compleja, pero una parte fundamental radica en la inacción, la falta de compromiso real y la incapacidad de los gobiernos para implementar las medidas necesarias para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Los Acuerdos de París, que en su momento se celebraron como un hito en la lucha contra el cambio climático, se han quedado en papel mojado, en promesas incumplidas y en una retórica vacía que no se traduce en acciones concretas. Las reuniones internacionales, las cumbres climáticas y las declaraciones grandilocuentes se suceden una tras otra, mientras el planeta continúa calentándose a un ritmo alarmante.

Mientras tanto, la sociedad, en su mayoría, permanece distraída. Inmersos en el día a día, bombardeados por un flujo constante de información, nos cuesta conectar con la magnitud del problema y asumir nuestra responsabilidad individual y colectiva. Los hábitos de consumo, los patrones de producción y los estilos de vida siguen anclados en un modelo insostenible que alimenta la crisis climática. La urgencia de la situación no se refleja en nuestras acciones.

En este contexto, las palabras del Secretario General de la ONU, António Guterres, resuenan con una fuerza especial. Sus llamamientos a la acción, sus advertencias sobre las consecuencias de la inacción y su denuncia de la falta de liderazgo político son un grito desesperado ante la pasividad global. En su intervención, recogida en el vídeo  https://youtu.be/Srw-qQMlwxk

El Sr. Guterres no deja espacio para la ambigüedad. El mensaje es claro: estamos al borde del abismo y necesitamos un cambio radical de rumbo si queremos evitar lo peor.

Pero, ¿qué podemos hacer ahora que hemos cruzado la línea de 1.5ºC? Rendirnos no es una opción. La lucha contra el cambio climático es una maratón, no un sprint, y aunque hayamos perdido una batalla, la guerra aún no está perdida. Debemos redoblar los esfuerzos, exigir a nuestros líderes que actúen con la urgencia y la determinación que la situación exige, y asumir nuestra propia responsabilidad en la transición hacia un futuro sostenible.

Superar el límite de 1.5ºC no significa que debamos abandonar los esfuerzos para mitigar el cambio climático. Cada décima de grado cuenta, y cada acción que tomemos para reducir las emisiones puede marcar la diferencia. La inversión en energías renovables, la mejora de la eficiencia energética, la transformación de nuestros sistemas de transporte, la promoción de una agricultura sostenible y la protección de nuestros ecosistemas son piezas clave en este rompecabezas.

El futuro del planeta está en juego. No podemos permitirnos seguir mirando hacia otro lado. Es hora de actuar, de pasar de las palabras a los hechos, de exigir un cambio real y de construir un futuro sostenible para todos. La superación del límite de 1.5ºC es una llamada de atención, una señal de alarma que nos recuerda la urgencia de la crisis climática. No podemos ignorarla.

Amador Palacios

Por Amador Palacios

Reflexiones de Amador Palacios sobre temas de Actualidad Social y Tecnológica; otras opiniones diferentes a la mía son bienvenidas

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