Reconozco que la noticia suena como algo salido de una película de ciencia ficción, pero no por eso deja de ser creíble. Amazon, la compañía que revolucionó la logística global y que realiza millones de entregas diarias en todo el mundo, está comenzando a explorar el uso de robots humanoides para realizar repartos a domicilio. Y, pensándolo bien, tiene todo el sentido del mundo.

En primer lugar, hay una razón económica de peso: los costes logísticos son uno de los factores más significativos en la cuenta de resultados de una empresa como Amazon. Si una parte sustancial de estas entregas pudiese automatizarse gracias a robots, el ahorro potencial sería enorme. Robots que no duermen, no se enferman, no hacen pausas para comer, y que pueden trabajar prácticamente 24/7 sin descanso, son sin duda una tentación tecnológica difícil de ignorar.

Pero, ¿por qué robots humanoides? ¿No hay ya drones, carritos autónomos y otros tipos de autómatas más simples y baratos? Es cierto: los robots humanoides son, en general, más costosos y técnicamente más complejos. Sin embargo, tienen una ventaja crítica sobre otros diseños: su capacidad de adaptación al entorno humano. Un robot humanoide puede caminar por una acera irregular, subir escaleras, sortear obstáculos imprevistos y, en teoría, realizar cualquier tarea que un repartidor humano haría. No necesitan que el entorno esté especialmente adaptado a ellos; al contrario, están diseñados para adaptarse al entorno tal y como está.

Esta adaptabilidad los hace ideales para pruebas en entornos urbanos reales, donde no todo está pavimentado al milímetro y donde no todos los edificios tienen ascensor. La idea de un robot que sale de una furgoneta, camina por la calle y sube hasta el cuarto piso de un edificio sin ascensor para dejarte un paquete es, hoy, más plausible que nunca.

Y hablando de furgonetas, Amazon no parte de cero en esta historia. Desde hace años, la compañía ha apostado fuerte por la electrificación de su flota de reparto. A través de su inversión en Rivian, un fabricante de vehículos eléctricos, Amazon ya ha adquirido 20.000 furgonetas eléctricas, con la meta de llegar a 100.000 antes del año 2030. Estas furgonetas no solo son más sostenibles medioambientalmente, sino que también podrían servir como plataformas móviles para los robots humanoides.

Imaginemos el escenario: una furgoneta eléctrica ( autónoma o no ) circula por la ciudad, equipada con uno o dos robots humanoides en su interior. Al llegar a una dirección de entrega, el robot baja, toma el paquete y lo entrega directamente en la puerta del cliente, subiendo las escaleras si es necesario. Termina la tarea, vuelve a la furgoneta y el vehículo continúa su ruta. Es una visión que podría transformar por completo la forma en que entendemos la logística urbana.

Amazon no es nueva en la robótica. Utiliza ya más de 750.000 robots en sus almacenes, y tiene participación en empresas punteras del sector, tanto en hardware como en inteligencia artificial. Este nuevo paso, que implica llevar los robots fuera de los centros logísticos y colocarlos cara a cara con el cliente, es ambicioso, pero coherente con su trayectoria tecnológica.

Claro, no es algo que vayamos a ver masivamente mañana. Es muy probable que estas pruebas se extiendan durante años, hasta afinar la tecnología, mejorar la autonomía, y garantizar la seguridad tanto del robot como de los peatones y clientes. Pero si algo nos ha enseñado la historia reciente es que, cuando Amazon pone la mira en una innovación, tarde o temprano termina haciéndola realidad.

Así que no nos sorprendamos si dentro de poco tiempo, en lugar de un repartidor con gorra y uniforme, es un robot el que llama al timbre de nuestra casa con un paquete en la mano metálica. Y cuando ese día llegue, quizás lo veamos como una evolución lógica más que como un milagro tecnológico.

Quién lo iba a decir… El futuro llama a la puerta, literalmente.

Amador Palacios

Por Amador Palacios

Reflexiones de Amador Palacios sobre temas de Actualidad Social y Tecnológica; otras opiniones diferentes a la mía son bienvenidas

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