Cuando pensamos en Tesla, lo primero que nos viene a la cabeza son sus coches eléctricos: desde el elegante Model S hasta el asequible Model 3, pasando por los futuristas Cybertruck y Roadster. Y no es para menos. La división de automoción de Tesla facturó nada menos que 82.000 millones de dólares en 2023, representando el grueso de sus ingresos.

Sin embargo, Tesla no es solo una compañía de coches. En realidad, es una empresa tecnológica con una visión más amplia: acelerar la transición del mundo hacia la energía sostenible. Y para lograrlo, no basta con cambiar los coches de gasolina por coches eléctricos: hace falta cambiar también la forma en la que generamos, almacenamos y consumimos la energía.

Por eso, además de los vehículos, Tesla desarrolla tres líneas de negocio clave: servicios para coches, soluciones energéticas y baterías de gran escala, siendo estas últimas una de las apuestas estratégicas más prometedoras de la compañía.

Además de la automoción, Tesla genera unos 8.000 millones de dólares al año en servicios relacionados con sus coches: mantenimiento, recambios, cargadores, seguros y más. Es un negocio estable, pero no tan llamativo como su tercera gran línea: la división energética, que ya factura 6.000 millones de dólares anuales y crece año tras año.

Dentro de esta división, el producto estrella son los Megapacks: gigantescas baterías modulares diseñadas para almacenar energía a escala industrial. Cada unidad puede suministrar energía a miles de hogares durante varias horas, y es clave para estabilizar redes eléctricas con alta penetración de fuentes renovables como la solar y la eólica.

Mientras que las ventas de coches eléctricos están pasando por una etapa de desaceleración —debido a factores como el encarecimiento del crédito, la competencia creciente y la saturación en algunos mercados—, el sector del almacenamiento energético crece a ritmo exponencial. ¿La razón? El auge de las energías renovables.

Las fuentes renovables como la solar y la eólica son intermitentes: producen electricidad solo cuando hay sol o viento. Por eso, necesitan sistemas de almacenamiento eficientes que permitan guardar la energía sobrante y liberarla cuando se necesite. Aquí es donde entran en juego los Megapacks de Tesla.

Este tipo de baterías no solo permiten mantener estable la red eléctrica, sino que también reducen la necesidad de recurrir a plantas térmicas contaminantes durante picos de demanda. En otras palabras: son la clave para que las energías limpias puedan ser fiables.

El ejemplo más claro de esta tendencia lo encontramos en China, líder mundial en energías renovables. Solo en 2024, el país instaló más de 300 GW de potencia renovable, aproximadamente la mitad de todas las instalaciones del mundo. Y, como era de esperar, necesita baterías. Muchas.

El gobierno chino ha anunciado que espera alcanzar los 40 GW de capacidad de almacenamiento a finales de 2025. Esto equivale a decenas de miles de Megapacks. Pese a que China cuenta con algunos de los mayores fabricantes de baterías del mundo —como CATL o BYD—, la demanda es tan alta que hay espacio para todos. Por eso, Tesla ha decidido abrir una megafactoría de Megapacks en Shanghái, con capacidad para producir 10.000 unidades al año.

Este movimiento estratégico permite a Tesla reducir costes, evitar aranceles y posicionarse como un actor relevante en el mayor mercado energético del planeta.

Aunque Tesla sigue siendo, ante todo, una empresa de automoción, está construyendo poco a poco un imperio energético en paralelo. Y lo hace con discreción, sin los titulares espectaculares de sus coches, pero con un potencial que podría incluso superar al negocio principal en las próximas décadas.

Aunque yo tengo muy claro que nunca compraré un coche Tesla. Solo pensar en el comportamiento de su creador me revuelve las tripas.

El almacenamiento energético será uno de los pilares del sistema eléctrico global del futuro. Y Tesla está en una buena posición para participar de esta transformación.

Amador Palacios

Por Amador Palacios

Reflexiones de Amador Palacios sobre temas de Actualidad Social y Tecnológica; otras opiniones diferentes a la mía son bienvenidas

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