En los últimos meses ha surgido una noticia que podría influir seriamente en el futuro de la automoción: Teradar, una empresa emergente especializada en sensores de muy alta frecuencia, ha presentado un sistema capaz de detectar obstáculos en carretera con una fidelidad superior a la de los radares y los sistemas lidar actuales. Y esto, para el desarrollo del coche autónomo y los sistemas avanzados de asistencia a la conducción (ADAS), supone un avance de primer nivel.
Los vehículos autónomos combinan distintos sensores —cámaras, radar, lidar y ultrasonidos— para “leer” su entorno. Cada uno aporta información distinta: las cámaras son excelentes para reconocer señales y colores, el radar mide distancias incluso en condiciones adversas y el lidar crea mapas tridimensionales muy precisos. Pero aun así, todos presentan limitaciones, especialmente en escenarios críticos como la niebla, la lluvia intensa, o cuando el sol incide directamente en los sensores.
Es precisamente en esos momentos donde el nuevo sistema de Teradar puede marcar la diferencia. Su tecnología opera en el rango de los terahercios, unas frecuencias extremadamente altas que permiten capturar detalles finos con una claridad inédita en la industria. Gracias a ello, el dispositivo de Teradar es capaz de detectar objetos a más de 300 metros, incluso en condiciones ambientales complicadas, sin degradación en la señal.

Uno de los puntos más interesantes es su arquitectura: un chip de estado sólido, compacto, eficiente y sin partes móviles. Esto lo convierte en un candidato ideal para la automoción porque reduce la posibilidad de fallos mecánicos, abarata la producción y simplifica la integración en vehículos de cualquier gama. A diferencia del lidar, que todavía depende de componentes ópticos delicados, Teradar propone una alternativa robusta y escalable.
Más allá del coche autónomo, un sensor de este tipo podría instalarse en vehículos convencionales para reforzar los sistemas de seguridad activa, especialmente en conducción nocturna o de autopista. También abre la puerta a aplicaciones en drones, robótica industrial, vigilancia avanzada e incluso en el ámbito médico, donde los terahercios ya se investigan para diagnósticos no invasivos.
Según anunció la compañía, varias grandes marcas automovilísticas se han puesto en contacto con ellos para evaluar la viabilidad de integrar esta tecnología en sus próximos modelos. Si el desarrollo mantiene el ritmo actual, podríamos ver los primeros vehículos equipados con sensores de terahercios en solo unos años.
La carrera hacia un coche autónomo completamente fiable no depende únicamente del software o de la inteligencia artificial: también necesita sensores capaces de ver más, ver mejor y ver siempre. Teradar parece haber dado un paso decisivo en esa dirección.
El tiempo lo dirá.
Se puede ver la Web de la empresa en : https://teradar.com/
Y se puede ver un vídeo en: https://youtu.be/xRHD4hTW6Vw