El futuro de la movilidad aérea urbana está más cerca de lo que muchos imaginaban. La empresa estadounidense Joby Aviation, pionera en el desarrollo de taxis aéreos eléctricos, ha anunciado la entrega de su primer aparato operativo en Dubái, consolidando así un importante hito tras más de 15 años de trabajo, inversión y pruebas.
Fundada en 2009, Joby Aviation fue una de las primeras compañías del mundo en apostar por una aeronave eléctrica de despegue y aterrizaje vertical, también conocidas como eVTOL (electric Vertical Take-Off and Landing). Su visión era clara: reducir la congestión del tráfico terrestre mediante vuelos urbanos sostenibles, silenciosos y sin emisiones. A día de hoy, ese objetivo empieza a materializarse.
Según ha anunciado la compañía, el primer modelo de producción ha sido enviado a Dubái, donde se espera que inicie operaciones a principios de 2026, en lo que será uno de los primeros servicios comerciales de taxi aéreo eléctrico del mundo.
El vehículo desarrollado por Joby está diseñado para transportar a un piloto y cuatro pasajeros, y puede cubrir hasta 150 millas (unos 240 kilómetros) con una sola carga de batería. Eso lo hace especialmente útil para rutas como el trayecto entre un aeropuerto internacional y el centro de una ciudad, con el potencial de reducir viajes que normalmente toman una hora por carretera a apenas 10-15 minutos de vuelo silencioso y libre de emisiones.
El aparato se impulsa gracias a seis rotores eléctricos y está concebido tanto para despegues verticales desde plataformas urbanas como para vuelos horizontales eficientes a media distancia. Todo ello con una operación totalmente eléctrica, lo que lo convierte en un modelo de referencia dentro del emergente sector de la aviación urbana sostenible.
Aunque Joby es una empresa con sede en California, la elección de Dubái como primer destino operativo no es casualidad. Los Emiratos Árabes Unidos, y particularmente Dubái, han apostado decididamente por convertirse en un centro de innovación tecnológica global, especialmente en sectores como la movilidad urbana, las energías limpias y la inteligencia artificial.

Además, el marco regulatorio y la voluntad política en Dubái han facilitado la aceleración de este tipo de proyectos, algo que contrasta con las normativas más exigentes —y lentas— de organismos como la Administración Federal de Aviación (FAA) en EE.UU.
Este contexto ha permitido que Dubái se posicione como ciudad piloto para probar, certificar y operar este tipo de tecnologías antes que muchas capitales occidentales.
Joby cuenta actualmente con cinco prototipos en vuelo, que ya han superado miles de kilómetros en pruebas, y mantiene una colaboración activa con la FAA para avanzar en su certificación completa. Aunque es probable que los primeros vuelos comerciales en Estados Unidos tarden todavía unos años debido a las estrictas regulaciones, Dubái podría ver su debut comercial en apenas unos meses.
Eso sí, es probable que los primeros vuelos estén limitados a rutas específicas, bajo ciertas condiciones operativas, como sucede con cualquier nueva tecnología en su fase inicial. Pero si todo va según lo previsto, 2026 podría marcar el inicio de la aviación eléctrica urbana a nivel global.
La entrega de este primer aparato marca un momento crucial no solo para Joby, que ha invertido miles de millones de dólares sin aún generar ingresos comerciales, sino también para el resto de empresas competidoras en el espacio eVTOL.
Una vez que el mercado se abra —aunque sea inicialmente en Dubái— otras compañías estarán en mejor posición para justificar sus inversiones, atraer nuevos fondos, y acelerar sus propias certificaciones. Lo que antes parecía ciencia ficción ahora tiene un horizonte tangible, aunque siga sujeto a rigurosos procesos técnicos y regulatorios.
Que estemos hablando de la entrega del primer taxi aéreo operativo del mundo no solo es una buena noticia para Joby, sino para toda la industria aeroespacial, para los inversores que han apostado por esta visión, y sobre todo para las ciudades que buscan soluciones de movilidad limpia y eficiente.
Si bien aún quedan desafíos por superar —la autonomía limitada, la densidad energética de las baterías y la logística urbana, por ejemplo—, los avances de empresas como Joby indican que no estamos hablando de décadas, sino de años o incluso meses para que estos aparatos formen parte de nuestro paisaje urbano.
Joby ha dado el primer paso. Ahora, el resto del mundo observa con atención para ver si realmente ha comenzado la era de los taxis aéreos eléctricos. Todo indica que sí. Y, con suerte, pronto podremos reservar un vuelo desde la azotea de nuestra ciudad hasta el aeropuerto más cercano… sin emisiones, sin atascos, y con la tecnología como aliada.