El futuro de la movilidad urbana se está construyendo… ¡literalmente!
Mientras muchos todavía dudan de cuándo veremos volar los primeros taxis aéreos eléctricos, en Estados Unidos ya hay empresas que están reservando espacios físicos ( en azoteas, aparcamientos y zonas cercanas a aeropuertos ) para preparar su llegada.
La idea es clara: quien controle los puntos de despegue y aterrizaje tendrá una ventaja estratégica enorme cuando comience la nueva era de los vehículos eVTOL (electric Vertical Take-Off and Landing).
Los más rápidos ya se están moviendo. Una de las compañías más activas en este nuevo mercado es Vertiports, con operaciones centradas en California, especialmente en el área de Los Ángeles.
Esta ciudad, famosa por sus atascos interminables, se perfila como uno de los primeros escenarios ideales para probar la movilidad aérea urbana.
Mientras los desarrolladores de aeronaves como Joby Aviation, Archer u otros afinan sus prototipos, otras empresas están apostando por el “suelo”: buscan y aseguran ubicaciones estratégicas desde las que operarán los taxis aéreos. Azoteas, aparcamientos elevados o espacios cercanos a aeropuertos se están convirtiendo en el nuevo oro inmobiliario del sector tecnológico.
En esta fase inicial, los aeropuertos son los primeros destinos lógicos para los vuelos eVTOL. Un trayecto entre el centro de Los Ángeles y el aeropuerto internacional (LAX) puede tardar una hora o más por carretera. Con un taxi aéreo eléctrico, ese mismo recorrido podría completarse en 10 o 12 minutos, sin atascos, sin estrés y con cero emisiones.
No es difícil imaginar la escena: ejecutivos, turistas o viajeros frecuentes reservando su vuelo urbano desde una terraza o un “vertipuerto” cercano, conectando directamente con su vuelo comercial.

Apuesta con riesgo, pero con visión. Lo curioso es que, a día de hoy, no existen permisos operativos para vuelos comerciales eVTOL en Estados Unidos. La FAA (Federal Aviation Administration) sigue trabajando en la regulación, y aunque se prevé que los primeros servicios piloto puedan arrancar entre 2026 y 2027, nada está completamente garantizado.
Aun así, las empresas que están asegurando ubicaciones lo hacen con una mezcla de visión, fe y estrategia legal. Los contratos supongo que serán flexibles, permitiendo ajustar los plazos o anular acuerdos si los permisos se retrasan. Pero el mensaje es claro: quien llegue primero, tendrá el control del espacio más valioso del futuro.
No se trata solo de aviación, sino de infraestructura. En el nuevo ecosistema de movilidad aérea, no bastará con fabricar los taxis eléctricos: hará falta una red de puntos de aterrizaje, recarga y gestión de tráfico aéreo urbano.
Y esa red ya se está empezando a trazar en los planos de las grandes ciudades estadounidenses.
Empresas como Skyports, Urban-Air Port, Vertiports, etc … también están diseñando modelos modulares de plataformas para azoteas y parkings, con estaciones de carga eléctrica integradas y conexión directa con el transporte terrestre.
¿Demasiado pronto? Tal vez. Pero en el mundo de los negocios tecnológicos, quien se adelanta suele ganar la partida.
Las inversiones que hoy parecen arriesgadas pueden convertirse mañana en activos estratégicos. Y si los plazos de certificación se cumplen, las primeras operaciones comerciales de taxis aéreos en EE. UU. podrían ser una realidad en menos de tres años.
Por ahora, las terrazas siguen vacías, pero no por mucho tiempo. El cielo urbano se prepara para llenarse de nuevos protagonistas, y las empresas más visionarias ya están reservando su sitio en el futuro.