El comercio mundial se mueve en barcos. Gigantes de acero de cientos de metros y decenas de miles de toneladas, cargados con miles de contenedores que cruzan océanos sin descanso. En un sector así, donde un solo error puede tener consecuencias millonarias y un impacto ambiental enorme, la seguridad y la fiabilidad no son opcionales: son esenciales.
Durante décadas, la navegación ha evolucionado con nuevos radares, mejores cartas electrónicas y sistemas de posicionamiento más precisos. Pero ahora llega un salto mayor: la incorporación de inteligencia artificial en el puente de mando.
Una de las empresas que está liderando este cambio es Orca AI, con sede en Reino Unido. Su solución, llamada Co-Captain, ya está funcionando en más de 1.800 barcos en todo el mundo, una cifra que muestra que esta revolución tecnológica no es una idea futurista, sino una realidad que se despliega a gran velocidad.
El nombre intenta decirlo todo. Co-Captain actúa como un asistente inteligente que trabaja codo con codo con la tripulación. No sustituye al capitán, pero le ofrece ojos adicionales y un análisis continuo de lo que ocurre alrededor del barco.
Para lograrlo, el sistema combina:
. Cámaras de alta sensibilidad.
. Radar.
. Datos de navegación.
. Información meteorológica.
. Señales AIS de otros buques.
Toda esta información se procesa en tiempo real y se envía a la nube, donde la flota que usa el sistema puede compartir alertas, patrones de navegación y riesgos detectados. En la práctica es un enorme cerebro colectivo conectado entre barcos que navegan por zonas similares.

Un barco de carga no frena como un coche. Tampoco maniobra con rapidez. Por eso, anticiparse a los peligros es fundamental. Co-Captain utiliza IA para detectar: Riesgos de colisión, embarcaciones pequeñas difíciles de ver, mala mar, trayectorias anómalas en barcos cercanos, etc ….
El sistema emite alertas claras y visuales al capitán, que mantiene siempre el control, pero con más información fiable y con más tiempo para reaccionar.
Es, en cierto modo, parecido a las aplicaciones GPS de los coches que avisan del tráfico o de un obstáculo… pero a una escala infinitamente mayor y con un nivel de complejidad mucho más elevado.
Los accidentes marítimos son poco frecuentes, pero cuando ocurren, las pérdidas pueden ascender a cientos de millones de euros. El simple retraso de un megabuque puede generar un efecto dominó en otros puertos.
Por eso un sistema que mejora la seguridad, reduce riesgos y optimiza rutas tiene un enorme valor. Y dado el precio de un barco moderno y la carga que transporta, el coste de instalar Co-Captain supongo que resulta insignificante comparado con los beneficios operativos y la tranquilidad que aporta.
Además, los datos recopilados sirven para entrenar modelos que mejoran constantemente, adaptándose a cada región marítima y a las condiciones reales de navegación.
Hoy la navegación es más segura que nunca, pero aún queda margen de mejora. Y la IA puede ser una herramienta clave para dar ese paso adicional.
Lo más probable es que dentro de unos años sistemas como Co-Captain estén presentes en casi todo tipo de barcos. Y los barcos más pequeños tendrán sistemas similares de menor capacidad y muchísimo más baratos.
La tecnología, tarde o temprano, siempre encuentra el camino para colarse por cada rendija. Y en el mar, una de las rendijas es la oportunidad de hacer la navegación un poco más segura y un poco más inteligente.