La conducción autónoma y, en particular, los llamados robotaxi, se han convertido en uno de los temas más candentes en los entornos tecnológicos, especialmente en Estados Unidos. Cada día se oyen noticias sobre nuevas ciudades que acogerán pruebas, pero la realidad del negocio aún está lejos de alcanzar su madurez.

En estos momentos, Waymo, la filial de Alphabet (Google), lidera con autoridad el mercado de taxis autónomos en USA. Opera más de 1 500 vehículos en ciudades como San Francisco, Los Ángeles, Phoenix y Austin, realizando más de 250 000 viajes pagados a la semana

El pasado junio de 2025, ha solicitado permisos para empezar pruebas en Manhattan; primero con conductores de seguridad y mapeo manual, con el objetivo de pasar en un futuro cercano a un servicio sin conductor, si la ley estatal lo permite

Aun así, la complejidad del tráfico neoyorquino (peatones, ciclistas, obras) representa un desafío real .

Además, Waymo planea crecer hacia ciudades como Miami, Atlanta, Washington D.C. y posiblemente Tokio y el resto de Nueva York, con estimaciones de expandirse a 10 o más nuevas ciudades en 2025-26

Pese a ello, los márgenes siguen estrechos y aún no hay beneficios consolidados.

Zoox, empresa de Amazon fundada en 2014, lleva más de un año prestando servicios autónomos en Las Vegas y proyecta fabricar hasta 10 000 robotaxis al año en su nueva planta de Hayward, California

El vehículo de Zoox destaca por su diseño sin volante, pensado para desplazamientos puramente autónomos. Su objetivo: aumentar la producción de uno a tres coches por hora en turnos duales

Y aunque ha tenido algunos problemas —una retirada de flota tras un accidente en abril en Las Vegas—, sigue comprometido con las pruebas y la producción

Tesla: promesas que se demoran en el tiempo. Tesla lleva años anunciando un servicio de taxis autónomos, pero la realidad es que aún está lejos de ser suficientemente seguro. Aunque ha comenzado pruebas limitadas —por ejemplo en Austin— su sistema sigue exhibiendo errores y, por ahora, no compite de tú a tú con Waymo o Zoox

.

Seguridad: ¿tan fiable como dicen?

La percepción de la seguridad es clave para el éxito. Hay estudios —como uno en 56,7 millones de millas de Waymo sin conductor— que muestran una reducción estadísticamente significativa en accidentes graves comparado con conductores humanos

Sin embargo, los incidentes no han desaparecido: desde incendios provocados de vehículos en Los Ángeles hasta choques con algunas señales de tráfico, lo que alimenta la desconfianza pública.

Aunque en EE. UU. y China hay un claro liderazgo (estos solo con pruebas y despliegues muy limitados), la expansión global —especialmente en Europa— será lenta. Las barreras son múltiples:

. Regulación: cada país tiene legislaciones diferentes. En NY aún se exige conductor de seguridad en cabina.

. Infraestructura urbana: ciudades con mucho tráfico o condiciones adversas (nieve, lluvia) requieren adaptaciones técnicas y logísticas.

. Percepción ciudadana: incluso si los datos son favorables, el público seguirá siendo cauteloso.

. Sostenibilidad económica: muchos años sin beneficio real puede agotar a competidores más débiles.

¿Un futuro vibrante o un espejismo del hype?

La analogía con la popularización del móvil es recurrente en los medios: el teléfono cambió nuestro mundo. Sin embargo, aunque la conducción autónoma promete transformaciones similares, no será tan masiva ni rápida. Hoy casi toda la humanidad usa smartphone; no ocurrirá lo mismo con coches robot.

Incluso en EE. UU. y China —líderes claros del sector— quedan muchos pasos por dar: regulación, tecnología robusta, aceptación pública y viabilidad económica. Va para largo, y solo los grandes (Waymo, Amazon/Zoox, quizá Tesla) pueden soportar un largo camino sin beneficios.

Conclusión: realismo con esperanza:

. Waymo domina el sector, con liderazgo claro en viajes semanales, pilotos en ciudades y pruebas en Manhattan, con visión de expansión moderada .

. Zoox apuesta a lo grande, con fábrica de 10 000 unidades y despliegue en Las Vegas, aunque con tropiezos técnicos

. Tesla aún sigue prometiendo ( y van unos cuantos años ), pero no termina de arrancar un servicio fiable y seguro

Los retos legales, humanos, económicos y sociales son enormes. No será un camino de rosas para nadie.

Admito que este campo me fascina. Tiene el potencial de cambiar la forma en que nos movemos, pero sin duda queda un largo e incierto camino. Desconfío de visiones de adopción masiva a corto plazo, aunque admiro la determinación y la inversión de estas compañías. Solo espero que, a medida que avancen, lo hagan con seguridad, realismo y visión a largo plazo.

El tiempo y los usuarios (nosotros) dirán quiénes realmente resisten y triunfan. ¡Y yo espero estar aquí para contarlo!

Amador Palacios

Por Amador Palacios

Reflexiones de Amador Palacios sobre temas de Actualidad Social y Tecnológica; otras opiniones diferentes a la mía son bienvenidas

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